viernes, 31 de julio de 2009

SAN ALFONSO


El 1 de agosto recordamos a San Alfonso. En muchas partes estarán preparando el templo para su fiesta, en algún salón estarán disponiendo todo para el almuerzo, habrá alguien organizando unas palabras para los nuevos consagrados, disponiendo los ornamentos, e incluso en alguna parroquia necesitada estarán realizando una actividad para recolectar fondos, o algún misionero le pasará el día inadvertido por sus múltiples ocupaciones con los quehaceres del pueblo o la vereda…

¿Qué los mueve a ellos? Es el Espíritu Santo y junto a ello, la pertenencia a la Iglesia, a una parroquia, a una comunidad.

¿Cómo hizo San Alfonso para perdurar en el tiempo? Siendo testimonio de Jesús de Nazaret. Fundando una Congregación que continúa con su ideal. Escribiendo libros, canciones, poemas…

Nosotros tenemos que estar muy agradecidos con Dios, porque contamos muchos escritos que nos remiten a la vida misma del Fundador. Ninguna comunidad religiosa lo tiene. San Ignacio fundador de los Jesuitas escribió unos retiros de unas cuantas páginas, en cambio San Alfonso más de 100 libros.

Nosotros tenemos que estar muy agradecidos con Dios y muy orgullosos, porque contamos con un abogado, un moralista, un confesor, un pintor, un poeta y un músico…

Oremos.
Gracias Señor, por la vida y obra de San Alfonso, por acompañarlo con tu gracia, para que fundara ésta querida Congregación de los misioneros redentoristas, a pesar de tantos sacrificios. Gracias Señor, por tantos cohermanos que a lo largo de la geografía han construido cruces y convertido corazones. Gracias Señor, por San Clemente, San Juan Neuman… y todos los santos y beatos redentoristas que iluminan nuestros caminos. Gracias Señor, por los cohermanos que hacen moral, teología, escriben libros, dan clases, colaboran por los derechos humanos, la justicia y le cantan al sueño de la paz.

Gracias Señor, por laicos redentoristas del IMSA (Instituto Misionero Seglar Alfonsiano), por las Hermanas redentoristas contemplativas, por las hermanas oblatas, por todos nuestros bienhechores y amigos. Gracias Señor, porque con tu santo Espíritu siempre has acompañado a la Congregación en sus diferentes frentes… y hoy permites que nosotros nos presentemos ante ti.

Gracias Señor, porque cada día nos sigues ungiendo con tu gracia para dar Buenas Noticias a los más necesitados. Gracias Señor, porque podemos proclamar el perdón, la libertad y porque podemos consolar a los afligidos. Gracias Señor, porque nos has dado fuerzas para sobreponernos a las dificultades y nos has permitido continuar el camino del seguimiento. Gracias Señor, porque nos sanas con tus palabras y nos regalas la salud y la disposición para llegar hasta las ovejas más lejanas…

Y junto a ésta acción de gracias, te presentamos Señor, nuestras peticiones: Te pedimos Señor, que cada día haya muchos mensajeros de tu amor, muchas vocaciones redentoristas comprometidas con tu evangelio. Te pedimos Señor, por todos nosotros los promotores vocacionales, los párrocos, los docentes… para que cada día crezcan en palabras y obras de bendición y sean perseverantes en la oración. Te pedimos Señor la gracia de mirar con visión de futuro, de pensar en grande para bien de la iglesia y del mundo entero. Amén.

jueves, 30 de julio de 2009

MATEO 24,42-51


A veces, nos hemos preguntado: ¿Qué es lo que Dios quiere de mí? ¿Qué quiere que aprenda de esta situación? ¿Qué puedo agregar a mi pensamiento para que sea más comprensivo y decisivo? ¿Qué me falta vivenciar para comprometerme más? El evangelio es muy claro, dice que el Señor Jesucristo llega en cualquier momento, depende de nosotros si estamos preparados para recibirlo.

Si estamos haciendo lo que tenemos que hacer, él nos reconoce y nos premia. De lo contrario también nos reconoce y nos premia en su justa medida. La decisión de responder al llamado de Jesucristo es muy personal, porque en el fondo de nuestro corazón sabemos lo que tenemos que hacer, solo que a veces nos parece difícil aceptarlo y por eso colocamos toda la resistencia posible, para evadirlo… y le damos vueltas y vueltas en la mente.

De Agustín existe una historia que muchos conocemos. “Un día Agustín paseaba por la orilla del mar, dándole vueltas en su cabeza a muchas de las doctrinas sobre la realidad de Dios. Cuando se encuentra a un niño que había hecho un hueco en la arena y con un cántaro sacaba agua del mar y la depositaba en el hoyo. Agustín le pregunto ¿Qué hace?... El niño le responde: metiendo toda esta agua del mar aquí… Es imposible, dice Agustín. El niño le responde igualmente es imposible meter a Dios tan grande en su cabeza. Ahí, termina el relato.

Lo cuento esto, porque la vida de San Agustín nos ayuda mucho a nuestro crecimiento personal. El tenía sus cualidades y sus fortalezas: Le gustaba leer especialmente los griegos clásicos, se preocupó por escribir bien y hablar bien, por conocer más de la poesía, la retórica, el teatro… Igualmente tenía sus debilidades o pecados le azotaban: El trago y las mujeres.

El quiso mejorar su vida, y encontró a los diecinueve años un libro llamado Hortensius que despertó en la mente el espíritu de especulación y es así se dedica de lleno al estudio de la filosofía.
Todos tenemos fortalezas y debilidades, pero debemos emprender un camino de búsqueda y ahí en el camino, se van dando las cosas.

Cuando asumimos compromisos de conversión, entonces nuestra existencia da otro rumbo. A Agustín lo vemos en las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, rompiendo definitivamente con el maniqueísmo, que afirmaba que la salvación se adquiere por el ayuno, la educación, la negación de uno mismo, el vegetarianismo y la castidad. Agustín decidió vivir en ascesis, decidió estudiar el Antiguo Testamento, San Pablo, vender todos sus bienes…

Así, empezó a escribir y defender la fe… Hasta que la Iglesia Católica le asignó el título de santo. Así, es la vida nosotros determinamos el rumbo y Dios con su Espíritu va acompañando esas decisiones que hacemos desde nuestra libertad y con la petición de su auxilio poderoso.

Ahí está la vida, decide sobre ella… Que tenga un esplendoroso día.

miércoles, 29 de julio de 2009

LUCAS 10,38-42


A veces, poco valoramos a quienes tenemos a nuestro lado y una vez que ya no están, entonces los añoramos y nos da cierto dolor… pero también existe una satisfacción y es que podemos empezar de nuevo y brindar mayor afecto a quienes Dios coloca a nuestro paso peregrino.

La ocupación más importante.
Que sea la de escuchar a nuestros hermanos. Decirlo en éste siglo de la velocidad, de consumismo… suena raro, pero que nadie nos quite, aquella disposición de sacarle tiempo de “calidad” a nuestros hermanos. Hoy en día, son más quienes necesitan que los escuchen. Jesús le valora a María aquella atención para con él, por eso le dice que ha escogido la mejor parte. Se puede decir, que el amor se demuestra con la escucha atenta que le prestemos a nuestro interlocutor.
La escucha atenta hace mucho bien. A mí me ha pasado que, al terminar una conversación me dicen: “gracias, muchas gracias” y yo respondo: “pero si, no he dicho absolutamente nada…” Y saben que es lo que pasa, que el solo hecho de dejar que la persona hable y hable, eso ya es reconfortante para ella. Se desahoga, recibe la paz y hasta encuentra respuestas a sus dilemas...

¿Por qué te preocupas por tantas cosas?
Las ocupaciones nos absorben y vamos corriendo de un lado para otro, en las calles, empresas, estudios… afanados, con temor a que nos roben, a quedarnos desempleados, a aguantar necesidades, a vender lo que hemos adquirido… Como decía alguien: da la impresión que se trabaja por miedo. Te invito a que éste momento saques al menos un minuto para Jesucristo y le entregues a él tus preocupaciones, tus miedos… cierra los ojos y dile lo que sientes… Solo él te conforta, te alienta, te ayuda… Es cuestión de voluntad de sacar el ratito, porque un minuto lo gastamos en ocupaciones y ni cuenta nos damos. Recuerda: Si es un minuto, que sea también de “calidad”.
Ganémonos así, la mejor parte que nadie nos quitará… aplazando todas las actividades por un instante y escuchando la voz de Jesucristo atentamente. Y lógico, también es empezar hacer lo que él nos dice.
Algo más que me parece sumamente importante y se estaba pasando por alto y es que la labor desempeñada, sea cual sea nos dignifica y con ella construimos el mundo… es igualmente importante…Solo que en ése momento es más importante la persona que está de visita que la ocupación. Es más importante Jesucristo que lo demás. Y lo es porque con él, la labor es más provechosa… adquiere sentido, vida, abundancia…
Un abrazo, que tenga un esplendoroso día.

martes, 28 de julio de 2009

MATEO 7,24-27


Hagamos la comparación de nuestra vida con una casa: ¿Poseemos un buen cimiento, una buena base firme? … ¿cómo están las vigas de amarre?, ¿cómo están las columnas? ¿Existen grietas en las paredes y el techo?…

Sabios que construyen sobre piedra.
Conozco personas que tienen su cimiento en Jesucristo, y tienen muchas dificultades: desconsuelos, falta de dinero, son calumniadas… sin embargo, guardan su confianza en Jesucristo; saben que él les va a sostener mientras pasa la calamidad.
Quienes estamos en camino con Jesucristo, tenemos dificultades, porque unos padecemos por una cosa y otros por otra. ¿Cuál es la diferencia? que aunque los problemas sean más grandes que nosotros, creemos en Jesucristo y las cosas son más llevaderas. Son los mismos problemas, pero con una visión de esperanza…

Necios que construyen sobre arena.
Conozco también personas que buscando de Jesucristo, se dejan llevar por el viento; entonces van a un culto y otro… buscando externamente, cuando las respuestas a sus inquietudes las tienen internamente, porque es el Espíritu Santo quien obra. Lo peor de toda esta historia, es que al final no quedan en ninguno grupo religioso, que les alimente en la fe. Entonces, viven resentidos, dolidos, en el chisme… con una institución, cuando la responsabilidad de vivir una fe es tan particular.

Consideraciones varias.
Lógico es normal, a veces creemos construir sobre una base solida, cuando en la realidad construimos es en la arena. Con el tiempo se desmorona aquella “casa” y muchas veces tendremos que empezar a construir de nuevo. De acuerdo como queramos de alto el edificio, igualmente requerimos de unas bases grandes.
Jesucristo nunca dijo: les prometo que no habrán vientos impetuosos… En cambio si llegó a decir: “Yo Soy la vid, quien está unido a mi da mucho fruto…” “Yo Soy la luz, quien me sigue no camina en tinieblas…” En fin, “Si el Señor, no construye su casa en vano se cansan los constructores”
Un feliz día, un abrazo.

lunes, 27 de julio de 2009

MATEO 13,47-53


“También se parece el reino de los cielos a una red echada al lago, que recoge peces de toda clase. Cuando se llena, los pescadores la sacan a la orilla, se sientan y recogen en canastas los peces buenos, y desechan los malos”…

Quien ha compartido con los pescadores sabe lo que significa el arte de la pesca: Sabe lo que significa salir toda una jornada y no encontrar nada de alimento para la familia o al contrario la alegría cuando se consigue algo; quien ha compartido con los pescadores sabe de la subienda, de la estrategia adecuada para encontrar los peces y sacarlos, del silencio, de la comunión de familia, de la escogencia de los peces… El Reino de Dios son vivencias de los valores a nivel de lo cotidiano.

Todos somos convocados.
Cuando unos pescadores lanzan la red, es a todos los peces. Así es Dios, se ha unido al Hijo y al Espíritu Santo para atraparnos a todos en su red. El quiere que estemos gorditos y grandes para que seamos alimento nutritivo. El quiere que estemos al punto, bien alimentados, con calidad física y espiritual, que pasemos la prueba y seamos seleccionados.

Todos gozamos de una oportunidad.
Los peces que les faltan el peso y la talla apropiada, que están pequeños todavía son devueltos al agua. Existe un tiempo para sumergirnos en el agua (bautismo) y empezar a mejorar nuestra vida realmente, hasta que llegue nuevamente la oportunidad que Dios nos da, para caer en su red y ser alimento de vida para los demás.

Todos podemos quemarnos en el intento.
Cada día es una oportunidad para mejorar nuestra vida en algo, sin embargo, si nos enflacamos espiritualmente, difícilmente seremos seleccionados. Dios decide sobre nuestra hora y esperemos que nos encuentre libres de culpas. El horno será la consecuencia de nuestros malos comportamientos.

Unas invitaciones.
Nosotros debemos ser como aquellos peces, que al mirarnos Dios, decida llevarnos, dado que nuestra vida ha sido de calidad.

Así como aquellos peces, nosotros también seamos motivos de elección, para todos aquellos que buscan de Jesucristo. Porque al ver nuestro proceder les remite a un estilo de vida de realización personal.

Aquellos peces no necesitaron hablar mucho, Dios los conoció desde su apariencia, porque él mira el corazón. Alimentémonos pues espiritualmente y esperemos a que Dios nos seleccione a una nueva vida.

Que tenga un esplendoroso día. Un abrazo.

sábado, 25 de julio de 2009

JUAN 17, 20-26


Recordemos que orar es un don y como tal necesitamos pedirlo, así como los discípulos le dijeron una vez a Jesús: “Señor, enséñanos a orar” y él les enseñó el Padre nuestro…
A Jesús lo encontramos orando en estos momentos por nosotros. Veamos:

1. Jesús ora para que los discípulos logren la unidad.
Ahí caemos nosotros como discípulos y también quienes vendrán después. Nosotros requerimos de ciertas condiciones para adquirir una experiencia de unidad: Reconocer y aceptar que Cristo es quien nos ayuda a vencer la desunión.
Descender a nuestra propia profundidad, al abismo de nuestras sombras, los fracasos, sueños, y despedazamientos interiores y luego salir a la luz, con la asistencia de Jesucristo.
Solos no podemos con todo lo que encontramos de problemas, Jesucristo es quien nos aleja los miedos para que podamos mirar sin miedo cuanto emerja en nosotros. Jesucristo es quien mantiene la unidad en nuestra contradicción.
Cuando el ser humano está saturado de amor puede encontrar la unidad. Sin el amor de Dios, nuestra vida será desordenada. No es que nosotros busquemos la unidad en Dios, es Dios quien nos busca por medio de su hijo. Esta es la buena nueva del evangelio de Juan, que Dios nos visita.

2. Jesús ora para que los discípulos logren la contemplación de su gloria.
La unidad crea la experiencia de cooperación, aumenta el fervor y el entusiasmo… quienes viven en unidad interior, fácilmente pueden ser más creativos y pueden contemplar las manifestaciones de la gloria de Dios en la historia.
En nuestra actualidad existen realidades que opacan el actuar de Dios, sin embargo, Dios sigue manifestando su gloria… Nosotros lo percibimos, cuando tenemos disposición de corazón…En esa misma medida, vamos afianzando nuestra personalidad y compromiso de servicio con nuestros hermanos.

3. Jesús ora para que los discípulos tengan amor y sean trasparencia de él en el mundo.
Nuestro compromiso es veraz, cuando con nuestra manera de ser hacemos palpable a Jesucristo vivo. Nosotros deberíamos de ser las biblias abiertas expresadas en nuestro rostro para quienes nunca leen la Palabra de Dios. Nosotros deberíamos de ser signos del amor, trasparencia de él… es un desafió grande.
Animo y aunque nuestra oración sea simple y sencilla; de todas manera hagámosla, algo es algo, peor es nada. De otra parte, si nos piden oración es mejor hacerla cuanto antes, porque de lo contrario puede estar quedando en el olvido. Recordemos que así, como Jesús ora por nosotros existen muchos que también lo hacen… Compartamos la oración y nuestra unidad interior será mejor.
Dios te bendiga, buen día.

viernes, 24 de julio de 2009

MARCOS 10,17-27


En general tendemos a la dobles. Por una cara: oramos con piedad, reconocemos a Jesús como Maestro, cumplimos los mandamientos... Por la otra: Nos apegamos a lo material, queremos acaparar egoístamente, nos atrapa fácilmente la tecnología… Nos parecemos mucho al joven rico de la parábola. Y nos parecemos, porque consideramos difícil negarnos a nosotros mismos y entregarnos de lleno en el seguimiento de Jesucristo.

Caridad exigente.
La exigencia del seguimiento de Jesucristo es grande, nada se quita a los mandamientos de la antigua ley. Se exige renuncia completa. A nosotros, se nos pide dar el paso si queremos avanzar a la vida plena, a la vida de alegría, de libertad, paz verdadera… que es la vida eterna desde aquí en la tierra
Jesús responde ¿"Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios". Sin duda el joven esperaba que la caridad de Jesús fuera menos exigente. Jesús lo desengaña afirmándole que su caridad es idéntica a la de Dios.
Nosotros fácilmente nos dejamos llevar por el entusiasmo del momento y pretendemos que es suficiente. Sin embargo, las palabras de Jesús van dirigidas a la vida eterna; por eso la exigencia es grande: renuncias, sacrificios… ¡Ojo! Es en la línea de la vida plena…Lo digo porque podemos caer en fanatismos acomodados a nuestros antojos e intereses y eso no es de Dios. Jesús es el paradigma a seguir. Por eso, él que es bueno y amable exige mucho a los llamados.

La mirada de cariño.
San Marcos lo dice claramente: "Jesús fijó su mirada sobre él y lo amó". ¿Cómo miramos nosotros a nuestro prójimo?
Nosotros que vamos conociendo más del amor de Dios, nos corresponde por lógica; ser mejores que nuestros abuelos y padres. Porque el crecimiento en el camino de la vida plena así lo exige. Necesitamos hoy miradas de mucha tolerancia, de comprensión, de paciencia… Lo curioso es que sabemos las cosas de Dios, pero el mundo nos atrae con su fuerza y no pasamos del montón porque nuestras respuestas son inconstantes y egoístas.

Una invitación.
Busquemos de Jesucristo y de la Virgen María y alejemos de nosotros las falsas seguridades. Pasemos a otro estadio de nuestra la vida: “Vende todo lo que tienes y reparte el dinero a los pobres. Después ven y sígueme”. Es decir, cambia para bien tuyo y de los demás muchos anti valores. Ejemplo: Vende hablar mal del prójimo y reparte palabras de vida. Otro ejemplo: Dios te ha dado muchos bienes, has un ejercicio de desapego y ayuda a alguien que realmente lo necesite. Así, vamos siguiendo a Jesucristo verdaderamente.
Despréndete de un poco de tiempo y comparte con tu familia, despréndete de las comodidades y participa de una campaña social… Ojala cada uno de nosotros tuviera mucho, mucho dinero, bienes… y una grande capacidad de mayor servicio y donación, para tantas personas que realmente lo necesitan.
Un abrazo, buen día.

jueves, 23 de julio de 2009

MATEO 13,31-35


Jesús hablaba de acontecimientos grandes de una manera cercana y sencilla, porque hablaba de lo que estaba viviendo. Hoy por ejemplo nos habla del Reino de Dios y coloca dos figuras hermosas: Un hombre agricultor y una mujer ama de casa.

El hombre que toma una semilla, la siembra y al final tiene un árbol grande. La mujer que toma un poco de levadura, la introduce en la harina y al final tiene una masa fermentada. ¿Qué me dicen éstas figuras a mi realidad de hoy? ¿Qué misterio esencial me revelan? Pensemos.
Pienso en los campesinos que cultivan los valores de la fe, la sencillez, lo trasparente, lo justo… allí en medio del surco con sus amigos y familiares. Que nos dan a veces ejemplo de la confianza en Dios, de unidad interior…
Pienso en las madres de familia que se desvelan, que sufren, que son ejemplo de castidad, servicio y sacrificio… pienso en todas las cosas pequeñas, que tienen un valor inmenso: como por ejemplo compartir un deporte en unión con los sobrinos, hermanos y amigos… Pienso que Dios se vale de lo sencillo y común para construir su obra…
Pienso que todo tiene su tiempo, su espacio, su proceso y si está encaminado con el Reino de Dios tiene un final gratificante como el de las parábolas: Los pájaros anidan en las ramas de aquellos grandes árboles y la levadura crece… cada quien cumple sus objetivos de acuerdo a lo que se le ha dado…

Otras imágenes del Reino de Dios:
Un rancho improvisado donde se celebra la eucaristía y poco a poco con bazares, bingos, rifas y donaciones al final se construye un templo grande, donde muchos y muchas se refugian de los torrenciales de dolor, sufrimiento… y se llenan de confianza, protección y esperanza en Dios.
Un joven campesino que entra al seminario y poco a poco va estudiando hasta que se hace un sacerdote o un obispo o un cardenal, para el servicio de los más necesitados.
Una comunidad de discípulos poco ilustrados y miedosos, que guiados por el Espíritu Santo, se van organizando a lo largo de muchos años, hasta ubicarse como iglesia en los cinco continentes.
Oración.
Gracias Dios porque te has ocultado a los sabios y entendidos y te has revelado a los humildes, a los más sencillos. Gracias Señor porque nos muestras que lo insignificante es valioso, cuando lo miramos con ojos de fe. Gracias porque nos indicas que el crecimiento es poco a poco… Gracias Señor, porque te muestras cercano con los débiles… Gracias porque construyes tu Reino invisible siempre y nos invitas a construirlo acrecentando nuestra fe…
Que tenga un esplendoroso día, un abrazo.

miércoles, 22 de julio de 2009

JUAN 16,23-28

Como muchos acontecimientos de nuestra vida, previamente necesitamos tener ciertas cosas, para desde ahí realizar otros. Por eso, comparo la oración de petición como cuando vamos a un restaurante a comer.

Cuando voy a un restaurante a comer necesito previamente tener: cierto dinero, “presentación personal”, saber más o menos que voy a comer de acuerdo a lo que haya...
En la oración petición pasa: tengo disponibilidad, veo la necesidad de alimentarme espiritualmente, tengo cierta presentación ante Dios, se lo que voy a pedir a Dios...

Una vez hecha la petición a Dios por medio de la oración y al mesero para que me traiga la comida; en ambas situaciones espero un determinado tiempo. A veces se demora nuestra petición o nuestra comida, entonces es cuando insisto: ¿qué está pasando Dios mío?... A veces, sucede que llega algo diferente de lo que pedí y ésta en nosotros si lo consumimos o lo dejamos, por nuestra libertad. Claro que si tenemos realmente hambre… pues lo comemos. En la oración, es menester entender la voluntad de Dios. El evangelio como la vida es clara: si pido, recibo; si busco, encuentro…

En el texto Jesús hace una invitación: revela al Padre para que los discípulos le pidan y una despedida: me voy de donde vine.

1. Jesús revela al Padre.
¿Quién más nos puede revelar al Padre al estilo nuestro de humanidad? ¿La creación? No. Solo Jesús y esto lo reconocemos mediante el amor. ¿Qué dice Jesús del Padre?
*Que es cercano. Jesús asegura que si somos sus discípulos y oramos; el Padre nos va a responder nuestras peticiones. De pronto, no somos del todo sus discípulos, ni oramos de corazón… por tanto…
* Que nos quiere. Jesús como tiene la mirada en el Padre, sabe que nos quiere. Cuando descubrimos nuestra misión desde la perspectiva del Padre amoroso, todo cambia, por ejemplo: que una gallina, no es una máquina de producción, sino que es obra de Dios y necesita un ambiente libre para desarrollarse. Que nosotros los seres humanos estamos para cuidar del mundo, no para destruirlo. Que los gobiernos deben velar por los más necesitados…
2. Jesús vuelve al Padre.
Jesús quiere que los discípulos se encaminen hacía el Padre, así como él vive encaminado.
Hoy requerimos fomentar una teología teocéntrica (Dios como centro), porque esto nos une a todos como hermanos.
Requerimos encaminarnos en torno a la vida dada por el Creador… para que existan cambios sustanciales en todas partes.
Necesitamos sentirnos hijos e hijas… para alejar temores, dudas, rabias…
Que tenga un esplendoroso día, un abrazo.

martes, 21 de julio de 2009

JUAN 8,31-42


El texto de Juan 8,31-42, aborda el tema de la relación de Jesús con Abrahán, el Padre del pueblo de Dios. El evangelista ayuda a las comunidades a comprender cómo Jesús se sitúa en el conjunto de la historia del Pueblo de Dios. Las ayuda a percibir la diferencia que hay entre Jesús y los judíos, y también entre los judíos y los demás.
Juan 8,31-32: La libertad que nace de la fidelidad a la palabra de Jesús. Jesús manifiesta a los judíos: “Si se mantienen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos, y conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Ser discípulo de Jesús es lo mismo que abrirse a Dios. Las palabras de Jesús comunican la verdad, porque dan a conocer las cosas como son a los ojos de Dios y no a los ojos de los fariseos.

• Juan 8,33-38: ¿Qué quiere decir ser hijo e hija de Abrahán? La reacción de los judíos es inmediata: "Nosotros somos descendencia de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Nos hará libres?” Jesús insiste haciendo una distinción entre hijo y esclavo y dice: "Todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.” Jesús es el hijo y vive en la casa del Padre. El esclavo no vive en la casa del Padre. Vivir fuera de la casa, fuera de Dios quiere decir vivir en el pecado. Si aceptaran la palabra de Jesús podrían llegar a ser hijos y alcanzar la libertad. No serían esclavos. Y Jesús continúa: “Ya sé que son descendencia de Abrahán; pero tratan de matarme, porque mi palabra no prende en ustedes.” Inmediatamente aparece bien clara la distinción: “Yo hablo lo que he visto junto a mi Padre; y ustedes hacen lo que han oído a su padre”. Jesús les niega el derecho a decir que son hijos de Abrahán, porque sus obras afirman lo contrario.
• Juan 8,39-41a: Un hijo de Abrahán cumple las obras de Abrahán. Ellos insisten en afirmar: “¡Nuestro Padre es Abrahán!” como si quisieran presentar a Jesús un documento de su identidad. Jesús vuelve a insistir: “Si son hijos de Abrahán, hagan las obras de Abrahán. Pero tratan de matarme, a mí que les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abrahán. Ustedes hacen las obras de su padre.” Entre líneas sugiere que el padre de ellos es Satanás (Jn 8,44). Sugiere que son hijos de la prostitución...

• Juan 8,41b-42: “Si Dios fuera su Padre, me amarían a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado”. Usando palabras diversas, Jesús repite la misma verdad: “Aquel que pertenece a Dios escucha las palabras de Dios”. El origen de esta afirmación viene de Jeremías quien dice: “Pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones. Entonces yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: ‘Conozcan a Yahvé’. Pues me conocerán todos, del más grande al más humilde. Porque yo habré perdonado su culpa y no me acordaré más de su pecado” (Jer 31,33-34). Pero ellos no se abrieron a esta nueva experiencia de Dios, y por esto no reconocieron a Jesús como enviado del Padre.
Que tenga un esplendoroso día.

lunes, 20 de julio de 2009

MATEO 25, 31-46


Cuando trescientas mil personas, atraídas por el humo blanco, se volcaron a la Plaza San Pedro, allí les hablo a ellos y a nosotros que lo seguíamos por la televisión: “Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido, a mí, un sencillo y humilde obrero de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con herramientas insuficientes y sobre todo me confío a vuestras oraciones. En la alegría del Señor Resucitado, confiados en su ayuda permanente, prosigamos. El Señor nos ayudará y María, su Madre Santísima, estará a nuestro lado. Gracias”.

…Me consuela el hecho de saber que el Dios se vale de personas que continúan una obra buena, comunitarias, sencillas, disponibles para la viña, inacabadas, necesitadas de Oración… resueltas a realizar su santa voluntad en la construcción del Reino. Cuando leemos los evangelios descubrimos que Jesús, fue quien encarnó dicho proyecto de vida y por eso es modelo para nosotros. Nosotros como discípulos suyos existimos para realizar también buenas obras, por las siguientes razones:

1. Las buenas obras glorifican a Dios – Mateo 5:16; 1Pedro 2:11-12. Cuando hacemos buenas obras, hacemos sentir orgulloso a papá Dios. Lo mismo sucede cuando un hijo se porta bien y sus progenitores se sienten satisfechos. Dice el evangelio que hay mucha alegría en el cielo cuando alguien se convierte…
2. Las buenas obras preparan al incrédulo para que sea más receptivo al evangelio – 1 Pedro 2:12; 3:1-2. Un abuelo de un barrio me contaba: ¿sabe por qué soy católico? Porque un día estaba sin comer y mi hijo me dijo tengo hambre, y no tenía dinero, ni empleo, ni amigos… Entonces, le dije miremos en dirección a Monserrate (cerro de Bogotá) y oremos… estábamos ahí junto a las gradas de una casa esquinera, cuando de pronto apareció no sé de donde un sacerdote y una hermana… traían varios mercados y nos dejaron uno, sin pedirlo y ellos sin conocernos. Ahí termina éste caso de la vida real.
3. Las buenas obras demuestran nuestra fe viva – Santiago 2:14-17. ¿De qué nos sirve una fe sin obras? Si digo que amo a Dios, voy a misa, me confieso… y por otra parte estoy hablando mal de mis hermanos, ofendiendo con mis comportamientos y expresiones, de pronto robando y propagando el mal. La fe verdadera no existe. ¿De qué calidad es nuestra fe? ¿Cómo la acreciento realmente?
4. Las buenas obras hacen presente a Jesucristo –Lucas 6:46 con Hechos 10:38. Si mantenemos la biblia en un atril de nada sirve; es preciso leerla, interiorizarla…hacerla vida, es tal medida es realmente Palabra de Dios.
¿Qué buenas obras podemos hacer?
Hablando a otros de la gracia de Dios –1Pedro 2:9-10. Podríamos no ser del todo "maestros" en un sentido formal, pero todos podemos compartir con otros la gracia maravillosa de Dios. Guiando a otros hacía Jesucristo, por medio de cartas, correos, llamadas, visitas, estudios bíblicos, dando valor a los hermanos débiles… Y todo lo anterior, se aplica también para mí mismo. Un abrazo y que Dios te bendiga.

sábado, 18 de julio de 2009

MATEO 5,1-12


Jesús les había sanado, liberado… y ellos se quedan con Jesús para que les enseñe. Así inician un camino de discipulado. La intención de Jesús es brindarles una enseñanza sólida para que prosiguiesen su conversión.
Existen dos momentos que me llaman la atención.

1. Subió a la montaña. Para san Mateo entre más alto, mejor… se tiene la idea que es estar más alto es estar más cerca de Dios, distinto de Lucas que proclama el discurso en una llanura (Lucas 6,17).
El subir a la montaña está relacionado con la oración. Jesús subía a encontrarse con su Padre.
Sabemos que quienes escalan grandes montañas, necesitan de todo un entrenamiento, (así como los misioneros) requieren de un equipaje garantizado y de calidad: cuerdas, carpa, botas… Al fin y al cabo de estas cosas puede depender su vida cuando llegue el temporal… Algo muy importante: el montañista experimentado sabe que "los peores enemigos son el miedo y la imprudencia". En el texto subir a la montaña es expresión de la confianza en Dios, la alegría y la esperanza... en él.

2. Se sentó. Para san Mateo, Jesús es ante todo maestro. (Se llama cátedra al sillón en que se sienta el obispo en los oficios litúrgicos). Los maestros enseñan y su palabra es alimento para quienes escuchan.
Veamos cómo Jesús enseña en las bienaventuranzas:
Declaración. Que son bienaventurados y nosotros lo somos también.
Esto es que nos encontramos en el camino de la felicidad. En el reinado de Dios.
Actitud: Pobreza, hambre, lágrimas, pureza de corazón, persecución…
Todas las actitudes van dibujando el rostro del discípulo que es el de Jesús mismo. Las realidades del discípulo son difíciles, cuando busca la justicia, la verdad…
Causa. La felicidad dada por Dios Padre.
Los discípulos aunque tengan dificultades encuentran bienaventuranza en Dios. Porque lo reconocen, poseen la capacidad de admiración, adquieren la virtud del desapego... En otras palabras saben cargar con su cruz y Dios los va salvando…
Deténgase un momento y descubra cuando Dios ha estado de su parte y luego, pronuncia unas palabras de agradecimiento.
Hoy es un día especial… Un abrazo.

viernes, 17 de julio de 2009

MATEO 5,13


La muchedumbre escuchaba a Jesús y él les proclamaba las bienaventuranzas. Es a esa misma gente que Jesús le dice: “Ustedes son la sal de la tierra”. Por tanto, el mensaje es para todos aquellos que lo escuchamos, lo leemos, lo seguimos…
¿Qué nos quiere indicar Jesús con aquello de: “Ustedes son la sal de la tierra”?
Ante todo descubro me doy cuenta de dos cosas:

1. *Que cultivemos lo genuino de Dios.
Esto es dar buen sabor a la vida con nuestros comportamientos y palabras… porque hoy en día hay mucha piratería, hay muchas imitaciones, casi todo lo copiamos, se nos pega lo fácil... Y así, viven muchos cristianos que son imitaciones descoloridas, desabridas, aparentando ser sal del mundo cuando no lo son. Somos genuinos, cuando damos color a nuestra vida y a la de los demás, cuando nos sentimos a gusto con lo que somos, lo reflejamos y contagiamos libremente a nuestros hermanos. Es una tarea compleja, de reconocimiento de lo que somos y del proyecto que se nos ha encargado, en cualesquiera de los estados de vida.
- Una vez una joven me comentaba: “Es que me enamoré de éste seminarista” Pues claro, no es para menos: Un seminarista que ésta en camino de ser genuino ser humano… que se siente libre, que habla bien, que se siente a gusto con Dios, que trata con cariño… pues es diferente del común de los jóvenes… Me parece normal, incluso felicitaciones porque tiene buen gusto. Solo que con la ayuda del Espíritu Santo precisamos determinar qué es lo mejor para las partes en mención.

2. *Que aportemos a lo que más necesita el mundo.
La sal tiene la particularidad que detiene la corrupción, igualmente nosotros como cristianos católicos somos llamados a ejercer influencia en ésta sociedad, para que la gente sea honrada, íntegra, puntual, sincera…
La iglesia católica encargada de eliminar la corrupción con la ayuda de Dios, por su condición humana cae a veces en anti valores que en vez de sazonar indigestan a la humanidad. Y esta situación provoca en aquellos apartados de Dios la ocasión oportuna para hablar en su contra y enaltecerse ellos, como si con ello se construyera la vida; cuando lo indicado es orar por las instituciones para que haya verdadera conversión a Dios y a los hermanos.
Hoy la gente necesita testigos más creíbles, llenos del Espíritu de Dios, no personas egoístas y resentidas… En fin… Que tenga un esplendoroso día. Un abrazo.

jueves, 16 de julio de 2009

JUAN 7,40-53


Para muchos de nosotros la situación en éste momento no es nada fácil, porque no nos comprenden, nos presionan… Es la realidad por la que está pasando Jesús. Por un lado existe confusión de quién es él. Por otro, habían enviado a guardias para detenerle…

Podemos ver también que así como hay dos hechos en contra (confusión de quién es él y buscan detenerlo) hay dos a favor: Jesús que habla bien y la defensa que le hace Nicodemo.

Existe confusión de quién es él. La gente tiene diversas opiniones y mucha confusión respecto a Jesús. Los parientes pensaban de una forma (Jn 7,2-5), la gente pensaba de otra forma (Jn 7,12). Unos decían: “¡Es un profeta!" (Jn 7,40). Otros decían: "¡Engaña a la gente!" (Jn 7,12) Unos lo elogiaban: "¡Hace el bien!" (Jn 7,12). Otros lo criticaban: "¡No ha estudiado!" (Jn 7,15) ¡Muchas opiniones! Cada uno tenía sus argumentos, sacados de la Biblia o de la Tradición. Pero nadie recordaba al mesías Siervo, anunciado por Isaías (Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12; 61,1-2). Igual nos sucede a nosotros, desprestigian nuestro trabajo, nos presentan mal ante el prójimo, comentarios vienen y van…

Envían guardias para detenerle. Juan 7,45-49: Los argumentos de las autoridades. Anteriormente, ante las reacciones de la gente favorable a Jesús, los fariseos habían enviado a guardias para detenerle (Jn 7,32). Hoy también se discute mucho sobre religión, y cada cual saca sus argumentos de la Biblia. Como en el pasado, hoy también acontece que los pequeños son engañados por el discurso de los grandes y, a veces, hasta por el discurso de la gente de iglesia. Entonces, nacen las persecuciones sutiles y veraces que desequilibran y hacen daño.

Jesús que habla bien. Se habían quedado impresionados por su manera de hablar: "Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre”. Los fariseos reaccionaron: “¿Vosotros también os habéis dejado embaucar?” Para los fariseos "esa gente que no conoce la ley" se deja engañar por Jesús. Es como se dijesen: "¡Nosotros los jefes conocemos mejor las cosas y no nos dejamos engañar!" Ellos atribuyen al pueblo el adjetivo de ¡"maldito"! Las autoridades religiosas de la época trataban a la gente con mucho desprecio.
Hace falta humildad para reconocer que otro puede más que nosotros y nos fijamos en los demás, para evadir nuestras propias responsabilidades.

La defensa de Jesús hecha por Nicodemo. Ante este argumento estúpido, la honestidad de Nicodemo se rebela y levanta su voz para defender a Jesús: "¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace?” La reacción de los otros es escarnio: "¿También tú eres de Galilea? ¡Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta!" Ellos están seguros. Con el librito del pasado en la mano se defienden en contra del futuro que llega incomodando. ¡Esto ocurre también hoy! Sólo acepto lo nuevo si está de acuerdo con las ideas mías que son del pasado.
Hay quienes nos defienden y reconocen nuestras capacidades y virtudes, no son cuestiones añadidas, sino que cada uno de nosotros tienen grandes valores para afianzar y aumentar…

Un abrazo de oso, Dios te bendiga. Nuestra Señora del Carmen interceda por ti.

miércoles, 15 de julio de 2009

LUCAS 13,1-9


“Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Entonces dijo al mayordomo: Córtala. ¿Para qué va ocupar terreno en balde?”.
Según la tradición, Buda se sintió iluminado mientras meditaba a la sombra de una higuera. Por lo cual sus discípulos la llamaron el árbol de la sabiduría. Se cultiva en el Oriente Medio desde tiempos antiguos y sus frutos, que además tienen virtudes curativas, se comen frescos o conservados en miel. En tiempos de Jesús, todo israelita acomodado poseía una higuera en su huerta. Mientras otras crecían entre los viñedos.
¿Qué nos enseña el evangelio con esta parábola? ¿Qué significa dar fruto? ¿Tenemos higueras por arrancar o por abonar? ¿Qué quiere decir ese año entrante?
Sobre la superficie del planeta: 510.101.000 kilómetros cuadrados, hay un pequeño espacio que cada quien llamaría mi lugar. ¿Lo estaré yo ocupando en balde?

Miremos nuestra vida: Qué pasa cuando se tiene un carro destartalado que lo que produce son gastos y gastos, que le suena hasta la pintura… lo mejor es invertir en otra cosa más rentable y salir de él lo más pronto posible. O un colino, cuando no se le ve esperanza de nada, simplemente se corta y se pica en pedacitos para abono de la tierra y sirve de nutriente para los otros colinos que llegarán a ser matas de plátano productivas. Una persona que sigue con su mentira, su vicio… dice la señora: “ya me cansé” tanto tiempo aguantando para qué… en fin… El ser humano de la parábola sintió desilusión, como todos la podemos sentir en algún momento: llevo tres años viniendo a buscar fruto y no lo encuentro…
La actitud más racional es “Cortar” y muchas veces de raíz. Sin embargo aquel mayordomo, hombre de experiencia que sabe que hay plantas que tardan en dar frutos, por varias razones, intercedió a favor de la inútil: “Señor, déjala todavía este año. Yo cavaré a su alrededor”. Abonaré el lugar, mezclaré con ceniza de ramas secas… “Si no, el año que viene la cortarás”.
Mucha paciencia nos tienen nuestros seres queridos y nuestro Dios; pero esta actitud requiere de nosotros un cambio responsable. Muchos intervienen por nosotros y hasta sufren para que tengamos un cambio; sin embargo, seguimos dormidos. ¿Qué hacer para despertar?

Dar buenos frutos: Se trata ante todo de ser responsables con nuestra existencia, de tal manera que Dios esté contento, porque también se benefician nuestros prójimos. Debemos aprovechar más el tiempo que Dios nos concede para convertirnos de verdad a su evangelio. Se trata de rehacer situaciones a conciencia para que haya mayor confianza, armonía, respeto… en nuestro hogar. Se trata de empezar un cambio desde el corazón y con la ayuda de Dios.
Que tenga un esplendoroso día. Un abrazo…

martes, 14 de julio de 2009

JUAN 14,21-26


Una de las cosas que me motivan a escribir, es que haciéndolo estructuro las ideas, siento que doy vida y en cierta manera construyo mi conversión.
Hay tres oraciones que me llaman la atención del texto (Juan 14,21-26).

1-“El que guarda mis mandamientos… ese es el que me ama”.
*Guardar es sinónimo de es estar atento, de saber observar, de estar pendiente de lo que le han asignado… Ejemplo un primo que es guarda de seguridad, no tiene arma de fuego… su oficio es velar, estar atento, que no se roben un carro, que no desocupen un apartamento, abrir una puerta… Y en caso de un ladrón, avisar por el radio teléfono a los demás vigilantes armados o informar a la policía.
*Mis mandamientos. Lo que Dios nos dice. Amar a Dios sobre todas las cosas… ¿Cómo se que tanto amo a Dios y a mis hermanos? En la medida, que selecciono un plástico de un alimento biodegradable, en la medida que evito leer el tarot, cuando ahorro el agua o la energía eléctrica, apagando un estabilizador, una bombilla, en la medida que promuevo la vida en todas sus formas; porque si la vida pierde, la creación de Dios pierde.

2- “El que me ama guarda mis palabras y mi Padre lo amará. Entonces, vendremos a él y haremos morada en él”
El Señor ama y hace morada en quien cumple los mandamientos y las palabras de Jesús.
*La señora Marta Isaquita es una persona muy colaboradora en la evangelización y el mantenimiento de la iglesia. Un día me contó como Dios le transformó su vida y al poco tiempo pensaba suicidarse por dificultades con su marido. ¿Qué tanto habitaba Dios en su vida? ¿De qué manera? ¿Cómo sabemos que Dios mora realmente en nosotros?
-Ejemplos: cuando aunque estemos solos, nos sentimos acompañados. Jesús dice en su palabra, el Padre está conmigo, el que me ha enviado está conmigo. Es una soledad llena de la compañía de Dios.
Entonces, si miramos algunas personas aburridas, renegando, en los vicios, diciendo groserías, irrespetando a los demás, calumniando… es claro, Dios no está morando ellos.
El discípulo se goza de la compañía diaria de Dios. Tiene paz en su corazón, se le ve la alegría de vivir, sus palabras son de esperanza…

3- “El Padre les va a enviar en mi nombre, el Espíritu Santo que les enseñará y les recordará todo lo que le he dicho”
Hay momentos que me piden una orientación y me encuentro sin palabras. Entonces, digo mentalmente Espíritu Santo ilumíname que decirle a esta persona. Y afloran palabras como:
-Hay que sacar lo mejor de esa situación. Haga la novena al espíritu Santo.
-Este error es una bendición, porque es una oportunidad para aprender algo.
-Gracias a nuestras caídas podemos comprender más a los demás.
-La hermandad consiste en ayudarle al otro para que crezca y ahí radica el amor.
Precisamos fuerza de voluntad para pedirle al Espíritu Santo para que nos enseñe.
Cuando un discípulo es educado interiormente por el Espíritu Santo, puede seguir con mayor fidelidad a Jesús, conduce mejor su proyecto de vida y adquiere todo lo que se necesita para entrar en comunión total, con el Padre y con el Hijo.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cómo manejamos nosotros la soledad y el abandono?
2. ¿Qué camino nos muestra Jesús para manejar la soledad?
3. ¿Qué promesa le hace Jesús a sus discípulos?

Que tenga un día esplendoroso. Un abrazo.

lunes, 13 de julio de 2009

JUAN 15,18-21


Amar en situaciones adversas generalmente es complicado. Jesús les había dicho a los discípulos: “Los he destinado para que vayan y den fruto” La vivencia misionera de ir y dar fruto implica dos momentos, que pueden ser violentos para nosotros.

El salir de nosotros mismos. En misiones como en la vida diaria es morir a cosas personales y presentarme al nivel sencillo de la comunidad. Como decía Juan Bautista: “Tengo que disminuir, para que otro crezca” voluntad de morir al pecado para nacer de nuevo y dar vida.
Nosotros como discípulos del Señor, nos parecemos a los árboles frutales; más fructíferos son entre mayor cantidad de semillas mueran.
Otro momento que puede ser violento es:

El encuentro con los demás. Somos enviados por el Señor a dar fruto y nos encontramos en misiones con: personas que nos cierran la puerta, personas absorbidas por sus trabajos, indiferentes, que nos contradicen, nos presionan y nos persiguen… El discípulo tiene que aprender la lección de comprender a sus contrarios, porque si no se desanimara y hará que los recién convertidos les pase lo mismo. Y esto es válido para todos los estados de vida.
Aunque el encuentro con los demás es gratificante, es normal también que una persona que inicie el discipulado, encuentre situaciones contradictorias: en su familia (Es el caso de San Alfonso), entre sus amigos y en terceros.
¿Qué hacer entonces?
La sicología nos habla de una palabra que es la RESILIENCIA: Por resiliencia se entiende como la capacidad de sobreponerse a la adversidad y salir fortalecido de esa experiencia.

¿Cómo cultivamos la resiliencia?
-Aumentando nuestra autoestima. Puede ser mediante unas palabras: Yo puedo, voy a salir adelante con la ayuda de Dios. (Video de Tony Meléndez).

-Sacarle humor a la situación. Esto permite ahorrarse sentimientos negativos, aunque sea transitoriamente.

-Haciendo Introspección. Es el arte de preguntarse a sí mismo y darse una respuesta honesta. Revalorar

-Incentivando la creatividad. La capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden. Fruto de la capacidad de reflexión, se desarrolla a partir del juego en la infancia.

-Potenciando la capacidad de relacionarse. Es decir, la habilidad para establecer lazos e confianza con otras personas, para balancear la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a otros.

Según el evangelio de hoy existen tres cosas básicas para tener presentes, en los momentos de adversidad:

Contemplar a Jesús crucificado. Dice el evangelio: “Si el mundo los odia, sepan que a mí me ha odiado antes que a ustedes” El discípulo debe comprender que el odio de la sociedad, no es nada personal contra usted. El odio y la apatía de algunos frente a la iglesia; es un comportamiento que se da por muchos factores: anti testimonios, ignorancia, influencia de grupos evangélicos, los medios de comunicación social…

El discípulo ante una situación adversa debe contemplar el rostro de Cristo y preguntarse: ¿Qué haría Jesús en mi lugar?

Tomando conciencia, que somos hombres nuevos. Dice el evangelio: “Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero como no son del mundo… por eso, el mundo los odia” Esto sucede porque el discípulo ya es una persona nueva. Solo que la realidad nos dice que precisamos de una conversión duradera.

Para reflexionar: Si no hay rechazo, quiere decir que no somos todavía hombres nuevos.
El mundo se refiere aquí, a todas aquellas personas que se cierran a sí mismas y son indiferentes a las cosas de Dios. Por eso dice el evangelio, que los discípulos no son del mundo y por eso los odia.
La sociedad siempre nos presiona para que nos amoldemos a ella. Que el último grito en la moda, que el celular no se qué, porque tiene no se qué… Ahí, se ve que estamos lejos de Jesús y absorbido por el mundo
Nosotros los discípulos del Señor, no debemos dejarnos poner en crisis, por el hecho que nos rechacen, critiquen y nos ataquen. El discípulo tiene que volcar la mirada que en Jesús, hombre nuevo.
Mirar hacia adelante. “Acuérdense de la Palabra que les he dicho: el siervo no es más que su señor” El cristiano debe guardar la esperanza que esto pasará también, por más difícil que sea. El discípulo ha de reconocer que para resucitar, hay que pasar necesariamente por la cruz.
Un abrazo, feliz día.

sábado, 11 de julio de 2009

LUCAS 1,39-56


Cada uno de nosotros es llamado por Dios a dar vida abundante. Emprender en ese propósito requiere tres movimientos que también aparecen en ésta visita.

El movimiento externo: el viaje de María de Nazareth a Judá (1,39-40) El viaje es un gesto concreto de obediencia a la Palabra de Dios (ver 1,36). María lo hace sin tardanza, “con prontitud” (1,39).
La distancia entre Nazareth y la ciudad de Judá es siempre larga. No se menciona ningún otro personaje en el viaje fuera de María. Este largo recorrido y la soledad silenciosa de María son significativos. A veces necesitamos guardar distancia para pensar con claridad y asimilar mejor las situaciones de vida. La misión es personal.
Al mismo tiempo María no pierde de vista la meta de su viaje: ver a aquella mujer de quien se le ha hablado y que también ha sido beneficiaria del amor de Dios; con ella será solidaria. Isabel ya está entrada en años y necesita quien la cuide en el parto. Si pretendemos alcanzar un sueño, lo primero es tener un sueño. Las pequeñas acciones lo van construyendo.

El movimiento interno: la acción del Espíritu Santo (1,41 y 44) “Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel” (1,40). Las dos mujeres, cuando se saludan, captan la vibración del Espíritu y se abrazan con una inmensa alegría.
El contenido del saludo de María es desconocido. Conocemos su efecto: es de tal manera que hace saltar a la criatura en gestación en el vientre de Isabel y de provocar la unción del Espíritu Santo (1,41).
“Saltó de gozo el niño en su seno”. Un encuentro entre las dos mujeres hace saltar de alegría al niño de Isabel, lo cual es manifestación de la acción del Espíritu. Dos encuentros María y su prima y Jesús y Juan. A partir de este momento muchos saltarán de gozo a lo largo de todos los evangelios cada vez que se encuentren con Jesús.
“Isabel quedó llena de Espíritu Santo” a partir del saludo de María. Isabel está emocionada se estremeció y danzó de alegría. Sus vidas atravesadas por soledades por fin encuentran oídos merecedores de sus secretos, ambas se sienten comprendidas. En esa cercanía, en la que también actúa el Espíritu, las dos elevan himnos de alabanza. Se suscita así un movimiento de reconocimiento público y de respeto que revela lo que desde tiempo atrás ha venido madurando en el corazón. Es el Espíritu Santo quien motiva y alegra nuestra existencia, igualmente nos ayuda en la consecución de nuestros propósitos.

El movimiento confesional: el cántico de reconocimiento de Isabel a María (1,42-45). “Y exclamando con gran voz, dijo...” (1,42a). Lo que hasta el momento era solamente el secreto de María ahora Isabel lo anuncia a gritos y con el corazón desbordante. Isabel le dice a María dos palabras claves que describen su personalidad: “Bendita” y “feliz”.
“Bendita”. En primer lugar, Isabel alaba a Dios por lo que Él ha hecho en María, esto es, la ha llenado de gracia y la ha bendecido con su poder creador que la ha hecho capaz de transmitirle la vida al Hijo de Dios.
Bendecir es “generar vida” y precisamente por eso María es “la bendecida” por excelencia: si bien toda mujer es bendición para el mundo por el hecho de engendrar vida, mucho más María es la “bendita entre todas las mujeres”, ya que ella trae al mundo al Señor de la vida que vence la muerte y da la vida eterna.
Con el tiempo he descubierto que quienes oran y hablan bien de nosotros, también alcanzan sus nobles ideales.
“Feliz”. En segundo lugar, Isabel le hace eco a las palabras pronunciadas por María en la anunciación: “Hágase en mí según tu Palabra” (1,38), y califica su actitud como un acto de fe: “Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor”.
Isabel cuando dice que María “creyó” se refiere a que tomó en serio la Palabra y se abandonó a su poder creador, confió en la fidelidad de Dios a su promesa. La alegría de María proviene de la fuente inagotable de su fe siempre viva, porque ella como ninguna está siempre dispuesta a la acción de Dios.
Este mismo gesto de María le será pedido, a lo largo del Evangelio, a todas las personas que se crucen con Jesús. (Ver por ejemplo: Lucas 7,9.50; 8,48). En la fe tendrán que ser educados de manera especial los futuros evangelizadores (ver 24,25). Aparece así una definición clara de la fe: somos creyentes cuando sabemos “oír la Palabra de Dios y ponemos en práctica” (8,21; 11,27-28).
Con el tiempo he descubierto también que existen personas que matan los sueños, mientras que otros los alimentan.

Para reflexionar:
¿De qué manera el recorrido de María en este Evangelio, me ayuda a tomar conciencia del llamado que tengo a generar vida?
¿Saco tiempo para la meditación y la oración para tomar conciencia de la obra de Dios en mi vida?
¿Si acudimos al Espíritu Santo para acrecentar nuestra motivación y alcanzar metas?
Un abrazo de oso…
Nota: La gran mayoría de las ideas anteriormente expuestas son del padre Fidel Oñoro.

viernes, 10 de julio de 2009

LUCAS 1,39-56


El Señor nos concede una misión especial a cada uno de nosotros y nos regala la confianza plena para que podemos realizarla con su ayuda. Vamos conociendo personas, vamos compartiendo momentos, a veces aparentemente aislados, pero si los miramos de cerca todas esas experiencias hacen parte de nuestra misión en éste mundo.
En los versículos anteriores el ángel de Dios comunica la buena noticia a María. En un primer momento la motiva con unas palabras: el Señor está contigo, el Señor ha estado grande, le aleja todos los temores, alégrate llena eres de gracia, En un segundo momento le precisa su compromiso con la vida: darás a luz un hijo. En un tercer momento le presenta un testimonio cercano, tu pariente Isabel está esperando un hijo, en su vejez porque para Dios no hay nada imposible. En un cuarto momento María responde: hágase en mí según tu palabra.
María acepta la misión e inmediatamente, emprende el viaje a visitar a su prima anciana que está embarazada y precisa de su ayuda, por varios meses. Si digo voy a aprender guitarra y actúo para alcanzarlo... Esa es la lógica para alcanzar nuestras metas: actuando decididamente lo más pronto posible…
Oración
Dios Padre, en quien podemos todo, envíanos en este momento de reflexión y de escucha de tu Palabra, tu ángel santo, para que podamos recibir sin temores el anuncio de la salvación y abriendo nuestro corazón a tus enseñanzas, podamos ofrecerte nuestro Amor y así logremos alcanzar nuestros sueños. Envíanos tu Espíritu Santo, para que ilumine nuestras sombras de muerte y podamos comprometernos más de lleno en la construcción de tu reino. Oh Padre santo, escucha nuestra plegaria. Amén.
Que tenga un maravilloso día.

jueves, 9 de julio de 2009

JUAN 20, 11-18


Cuando vamos a la funeraria o a la casa donde están velando una persona, todos los que están ahí, algo tienen que ver con el difunto.
Un encuentro. Ese encuentro pudo ser cercano como un esposo con su esposa… También pudo ser lejano, por ejemplo cuando murió el Papa Juan pablo II, que muchos lloraron y aunque no le conocieron o lo saludaron o hablaron con él, era su amigo porque el encuentro lo realizaron mediante su mensaje.

Una identidad. Así sea algún despistado que vaya al velorio, en lo más profundo de su ser le interesa la otra persona y es porque nosotros los seres humanos, nos identificamos: tenemos unas manos, una cabeza, unos pies… o es qué usted le va a decir a una vaca: “buenos días” ¿cómo amaneciste mi amor? ¿Vamos de compras? ¿hagamos éste proyecto?...
¿Por qué hablo de todo esto?
Porque el evangelio habla de María Magdalena y su encuentro con Jesús le cambió la vida. Dice el evangelio (Lc 8:2), "Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de enfermedades y espíritus malignos: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios [...]".
Fue el encuentro con Jesús que la sanó y la liberó. Se dice que, a partir de su sanación, María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y a sus discípulos durante su predicación en Galilea. Es decir, después del favor recibido se comprometió con la obra de la evangelización.
Podemos preguntarnos: ¿Cómo está nuestro encuentro con Jesucristo sanador y liberador? De pronto a lo mejor gozamos de salud física, pero en cuanto a salud espiritual, nos falta. De pronto hemos sido sanados por Jesucristo y nos falta colaborar más con sus discípulos y sus obras.
Vimos en estos días que María Magdalena, estaba junto a Jesús en la cruz. Tres de los evangelios están de acuerdo: Marcos (Mc 15:45-47), Mateo (Mt 27:55-56) y Juan (Jn 19:25). Quiere decir que lo que le sucedió a María Magdalena fue más que un encuentro y un compromiso eventual con la obra misionera. La Magdalena siguió comprometida de lleno en los caminos del evangelio, cuando los discípulos huyeron por miedo a los romanos.
Ahora vemos, que María Magdalena, llega al sepulcro de Jesús de madrugada y se encuentra llorando. María Magdalena, sabe porque llora, por eso le responde a los ángeles: “porque se han llevado el cuerpo de Jesús” ¿A quién lloramos? ¿Tenemos claridad cuando lloramos? ¿Sabemos dónde está Jesús?... A veces, he preguntado a quién llora ¿por qué lo haces? Y responden: “no se”; son muchos sentimientos encontrados.
María Magdalena llora por Jesús, es decir entendió su proyecto. Algunos dicen por ahí y sin fundamento que María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazaret y que el machismo de las primeras comunidades hizo que la Iglesia Católica, la liderara Pedro y no María Magdalena.
Lo que sabemos con seguridad por medio de los evangelios, es que María Magdalena, era una de los discípulos de Jesús y la primera que ve a Jesús resucitado, quien comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles. (Mt 28:1-5, Jn 20:1-2, Mc 16:1-5, Lc 24:1-10). Y la iglesia católica la tiene como santa María Magdalena. Celebra su fiesta el 22 de julio. En Europa, son muchos los templos y santuarios dedicados a ella. Dios te bendiga. Un abrazo fraterno.

miércoles, 8 de julio de 2009

MATEO 25,31-46


Cuando trescientas mil personas, atraídas por el humo blanco, se volcaron a la Plaza San Pedro, allí les hablo a ellos y a nosotros que lo seguíamos por la televisión. “Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido, a mí, un sencillo y humilde obrero de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con herramientas insuficientes y sobre todo me confío a vuestras oraciones. En la alegría del Señor Resucitado, confiados en su ayuda permanente, prosigamos. El Señor nos ayudará y María, su Madre Santísima, estará a nuestro lado. Gracias”.
…Me consuela el hecho de saber que a pesar de tantas cosas en nuestra querida iglesia católica, existen personas llenas de Dios, con defectos y cualidades, pero sobre todo que confían y hacen la voluntad de Dios y como Jesús pasan haciendo el bien a sus hermanos.
Cuando leemos los evangelios descubrimos que “Jesús pasó haciendo el bien a todos y algo mucho más importante todavía: un día seremos juzgados por la medida del servicio que prestemos a nuestros hermanos necesitados”.
¿Por qué realizar buenas obras?
Porque: Todos somos necesitados de algo. Una palabra, la escucha…y sobre todo los más vulnerables, marginados…
Dice el texto: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis».
Porque: Con las buenas obras glorificamos a Dios (Mt 5:16; 1 Ped 2:11-12). Si las realizamos hacemos sentir orgulloso a papá Dios, por habernos creado. Lo mismo sucede cuando un hijo se porta bien con los padres, éstos se sienten satisfechos. Contrario es cuando un hijo es una perdición.
Porque: Las buenas obras preparan al incrédulo para que sea más receptivo al evangelio (1 Ped 2:12; 3:1-2). Un papá comentaba: sabe padre ¿por qué soy católico? Porque un día estaba sin comer y mi hijo me dijo: “tengo hambre…” No tenía nada para darle. Entonces, le dije miremos hacía el cerro de Monserrate y oremos… Al instante salió un sacerdote y una hermana, nos vieron allí y nos regalaron un mercado… Agradecí e inmediatamente fui a preparar algo para mi hijo. Recuerde: “Las buenas obras hablan de Dios y de nuestra fe”.
¿Qué obras buenas podemos hacer?
Hablando a otros de la gracia de Dios, guiando a otros hacía Jesucristo por medio de cartas, llamadas, visitas, estudios bíblicos, dando valor a los hermanos débiles...
Un abrazo, que tenga un día esplendoroso.

martes, 7 de julio de 2009

JUAN 6,22-29


Cada vez más la sociedad exige personas sabias, místicas, llenas de amor a Dios y al prójimo… que den razón segura a todos los cuestionamientos.
La constitución redentorista número 31, dice: “… para alimentar su vida espiritual con mayor abundancia, lo mismo si están en casa o fuera de ella, los congregados dedicarán un tiempo privilegiado a la oración mental, la cual se orientará sobre todo a contemplar los misterios de la redención”

Esteban estaba lleno de la sabiduría de Dios… y respondía con acierto a lo que le preguntaban… que tenía cara de ángel. Ahí, veo la meta a la que tenemos que llegar nosotros… Que la gente vea en nosotros personas llenas de Dios, que llegamos a su alma y le damos vida desde Dios. En últimas necesitamos personas convertidas que puedan leer el actuar de Dios en la realidad y vallan construyendo humanidad.

El evangelio (Juan 6,22-29) nos dice que la gente que había participado de la multiplicación de los panes, seguía buscando a Jesús. Y hoy como ayer son muchos quienes buscan a Jesucristo a su acomodo. Jesús corrige diciéndoles y diciéndonos: “busquen el alimento que permanece y da vida eterna” Es decir, busquen bienes mayores…

1. En busca de Jesús.
Recuerdo, que en misiones, en una esquina de un barrio por dónde siempre pasábamos avisando para la eucaristía. Había una señora, que siempre se le veía de buen humor. Ahí en su silla de ruedas, con sus dolores, debido al cáncer que tenía regado por todo el cuerpo; allí desde su condición catequizaba a los niños… La señora había buscado sanación material y Jesucristo le había regalado su sanación espiritual.

Continuamente, mucha gente busca de Jesús para suplir alguna necesidad fundamental... y encuentra sanación espiritual. Mucha gente camina una, dos o tres horas para ir al encuentro de Jesucristo en la eucaristía, en algunas veredas de nuestros territorios nacionales. Y nosotros aquí en la ciudad también lo buscamos, pero eso no basta. Esa búsqueda tiene que ser cualificada.

2. Motivaciones para buscar a Jesús.
Dice Jesús: Ustedes me buscan por interés, porque han comido hasta saciarse. Jesús conoce nuestras motivaciones. Queremos las cosas fáciles. A lo largo de la vida he descubierto que existe mucho interés en las personas y en sus cosas: Me relaciono con tal… porque voy a encontrar empleo, amistad… Nuestra sociedad es insegura, es dudosa y voluble… y lo curioso es que son conscientes de sus propósitos interesados e inseguros. Nosotros como católicos busquemos a Jesucristo desinteresadamente, sabiendo que nosotros también por ser hijos de Dios podemos en todo tiempo ir haciendo camino.

3. Dónde hay que colocar el esfuerzo.
Jesús nos encamina por una nueva ruta: “El creer” Y nos habla de un trabajo que es don de Dios. “Trabajen por el alimento que dura hasta la vida eterna. Este alimento lo dará el Hijo del Hombre, a él fue quien Dios Padre confirmó con su autoridad” Se refiere a la vida plena que es don de Dios y nos invita a creer en Jesús. Cuando construimos en nuestra personalidad… con los valores del Reino de Dios, lo demás se va dando. Haz la prueba: esfuérzate por crecer espiritualmente, por ser honesto(a), por servir al prójimo… y la vida será distinta.

Oración:
Señor Jesús, nos hemos equivocado buscándote por otras direcciones, sin embargo con nuestras barcas hemos emprendido un nuevo camino y te hemos encontrado. Y como siempre Señor Jesús, nos preocupamos más por lo material, que por lo duradero. Gracias por corregirnos y enseñarnos que necesitamos trabajar en el “creer más en ti” y por darnos la confianza para irlo logrando. Alabado seas, bendito seas por siempre. Amén.
Que éste día sea rico en bendiciones, un abrazo.

miércoles, 1 de julio de 2009

JUAN 15, 26-16,4a


Nuestra condición humana está marcada por variadas situaciones. En momentos por realidades de desierto, de soledad… por eso nos dice Jesús: “Les enviaré el Espíritu…” (Juan 15,26). Jesucristo sabe también que a veces requerimos de guías, de personas que nos den ejemplo, que estén acompañándonos, defendiéndonos, iluminándonos… Por eso nos recuerda: “El Espíritu Santo dará testimonio de mi” (Juan 15,26).
“Les enviaré el Espíritu Santo”. En mi cabeza no cabe que Jesús mande su Espíritu Santo a unos desconocidos. Es a los suyos, es decir, si somos sus discípulos nos concede su Espíritu, para que podamos gozar de su compañía perpetúa.
En éste mundo en donde existe tanta cosa, nosotros como discípulos de Jesús, tendremos que fijar nuestra mirada en él; en lo que él dice y hace, solo así lo haremos presente en el día de hoy.
¿Qué nos corresponde a nosotros como discípulos?
1. Dejar que el Espíritu Santo dado por Jesús, obre en nosotros.
Dejándolo actuar damos testimonio. Lo más cruel es saber que muchos creyeron recibirlo y de acuerdo a su manera; por eso, nuestra historia está marcada por acontecimientos de violencia y muerte en todas las índoles. ¿Cómo sabemos si es de verdad el Espíritu Santo? Existen variadas respuestas, para mi es claro que es el Espíritu Santo: “Dador de vida”. Y cuando yo preservo la vida, la promuevo… Allí estoy haciendo presente el Espíritu de Dios.
2. Dar testimonio, de lo vivido con Jesús.
Nosotros por estar junto al resucitado obligatoriamente, tendremos que comunicar esa experiencia a los demás, sobre todo a los necesitados.
3. Mantenernos firmes a pesar de las dificultades.
Nuestra experiencia en el resucitado nos alimenta, nos permite seguir en la vocación y aunque nos excluyan, nos persigan y nos maten, nosotros sabemos que estamos en el camino verdadero, el de Dios.
4. Recordar la Palabra Dios.
Ante tanta maldad del mundo, Jesús quiere que sus discípulos estén preparados. Estén vacunados contra las situaciones adversas, mediante la promesa de la victoria. Es su Palabra, la que nos conforta y orienta.
Oración.
Gracias Señor Jesucristo, por pensar en nosotros con amor y por enviarnos tu Espíritu Santo. Gracias Señor Jesucristo, por ser testimonio de vida y por regalarnos tu Palabra vivificadora… Gracias Señor Jesucristo, por prevenirnos ante el maligno y por abrirnos los ojos a la vida. Amén. Que tengan un maravilloso día.