martes, 14 de julio de 2009

JUAN 14,21-26


Una de las cosas que me motivan a escribir, es que haciéndolo estructuro las ideas, siento que doy vida y en cierta manera construyo mi conversión.
Hay tres oraciones que me llaman la atención del texto (Juan 14,21-26).

1-“El que guarda mis mandamientos… ese es el que me ama”.
*Guardar es sinónimo de es estar atento, de saber observar, de estar pendiente de lo que le han asignado… Ejemplo un primo que es guarda de seguridad, no tiene arma de fuego… su oficio es velar, estar atento, que no se roben un carro, que no desocupen un apartamento, abrir una puerta… Y en caso de un ladrón, avisar por el radio teléfono a los demás vigilantes armados o informar a la policía.
*Mis mandamientos. Lo que Dios nos dice. Amar a Dios sobre todas las cosas… ¿Cómo se que tanto amo a Dios y a mis hermanos? En la medida, que selecciono un plástico de un alimento biodegradable, en la medida que evito leer el tarot, cuando ahorro el agua o la energía eléctrica, apagando un estabilizador, una bombilla, en la medida que promuevo la vida en todas sus formas; porque si la vida pierde, la creación de Dios pierde.

2- “El que me ama guarda mis palabras y mi Padre lo amará. Entonces, vendremos a él y haremos morada en él”
El Señor ama y hace morada en quien cumple los mandamientos y las palabras de Jesús.
*La señora Marta Isaquita es una persona muy colaboradora en la evangelización y el mantenimiento de la iglesia. Un día me contó como Dios le transformó su vida y al poco tiempo pensaba suicidarse por dificultades con su marido. ¿Qué tanto habitaba Dios en su vida? ¿De qué manera? ¿Cómo sabemos que Dios mora realmente en nosotros?
-Ejemplos: cuando aunque estemos solos, nos sentimos acompañados. Jesús dice en su palabra, el Padre está conmigo, el que me ha enviado está conmigo. Es una soledad llena de la compañía de Dios.
Entonces, si miramos algunas personas aburridas, renegando, en los vicios, diciendo groserías, irrespetando a los demás, calumniando… es claro, Dios no está morando ellos.
El discípulo se goza de la compañía diaria de Dios. Tiene paz en su corazón, se le ve la alegría de vivir, sus palabras son de esperanza…

3- “El Padre les va a enviar en mi nombre, el Espíritu Santo que les enseñará y les recordará todo lo que le he dicho”
Hay momentos que me piden una orientación y me encuentro sin palabras. Entonces, digo mentalmente Espíritu Santo ilumíname que decirle a esta persona. Y afloran palabras como:
-Hay que sacar lo mejor de esa situación. Haga la novena al espíritu Santo.
-Este error es una bendición, porque es una oportunidad para aprender algo.
-Gracias a nuestras caídas podemos comprender más a los demás.
-La hermandad consiste en ayudarle al otro para que crezca y ahí radica el amor.
Precisamos fuerza de voluntad para pedirle al Espíritu Santo para que nos enseñe.
Cuando un discípulo es educado interiormente por el Espíritu Santo, puede seguir con mayor fidelidad a Jesús, conduce mejor su proyecto de vida y adquiere todo lo que se necesita para entrar en comunión total, con el Padre y con el Hijo.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cómo manejamos nosotros la soledad y el abandono?
2. ¿Qué camino nos muestra Jesús para manejar la soledad?
3. ¿Qué promesa le hace Jesús a sus discípulos?

Que tenga un día esplendoroso. Un abrazo.

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