miércoles, 22 de julio de 2009

JUAN 16,23-28

Como muchos acontecimientos de nuestra vida, previamente necesitamos tener ciertas cosas, para desde ahí realizar otros. Por eso, comparo la oración de petición como cuando vamos a un restaurante a comer.

Cuando voy a un restaurante a comer necesito previamente tener: cierto dinero, “presentación personal”, saber más o menos que voy a comer de acuerdo a lo que haya...
En la oración petición pasa: tengo disponibilidad, veo la necesidad de alimentarme espiritualmente, tengo cierta presentación ante Dios, se lo que voy a pedir a Dios...

Una vez hecha la petición a Dios por medio de la oración y al mesero para que me traiga la comida; en ambas situaciones espero un determinado tiempo. A veces se demora nuestra petición o nuestra comida, entonces es cuando insisto: ¿qué está pasando Dios mío?... A veces, sucede que llega algo diferente de lo que pedí y ésta en nosotros si lo consumimos o lo dejamos, por nuestra libertad. Claro que si tenemos realmente hambre… pues lo comemos. En la oración, es menester entender la voluntad de Dios. El evangelio como la vida es clara: si pido, recibo; si busco, encuentro…

En el texto Jesús hace una invitación: revela al Padre para que los discípulos le pidan y una despedida: me voy de donde vine.

1. Jesús revela al Padre.
¿Quién más nos puede revelar al Padre al estilo nuestro de humanidad? ¿La creación? No. Solo Jesús y esto lo reconocemos mediante el amor. ¿Qué dice Jesús del Padre?
*Que es cercano. Jesús asegura que si somos sus discípulos y oramos; el Padre nos va a responder nuestras peticiones. De pronto, no somos del todo sus discípulos, ni oramos de corazón… por tanto…
* Que nos quiere. Jesús como tiene la mirada en el Padre, sabe que nos quiere. Cuando descubrimos nuestra misión desde la perspectiva del Padre amoroso, todo cambia, por ejemplo: que una gallina, no es una máquina de producción, sino que es obra de Dios y necesita un ambiente libre para desarrollarse. Que nosotros los seres humanos estamos para cuidar del mundo, no para destruirlo. Que los gobiernos deben velar por los más necesitados…
2. Jesús vuelve al Padre.
Jesús quiere que los discípulos se encaminen hacía el Padre, así como él vive encaminado.
Hoy requerimos fomentar una teología teocéntrica (Dios como centro), porque esto nos une a todos como hermanos.
Requerimos encaminarnos en torno a la vida dada por el Creador… para que existan cambios sustanciales en todas partes.
Necesitamos sentirnos hijos e hijas… para alejar temores, dudas, rabias…
Que tenga un esplendoroso día, un abrazo.

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