miércoles, 1 de julio de 2009

JUAN 15, 26-16,4a


Nuestra condición humana está marcada por variadas situaciones. En momentos por realidades de desierto, de soledad… por eso nos dice Jesús: “Les enviaré el Espíritu…” (Juan 15,26). Jesucristo sabe también que a veces requerimos de guías, de personas que nos den ejemplo, que estén acompañándonos, defendiéndonos, iluminándonos… Por eso nos recuerda: “El Espíritu Santo dará testimonio de mi” (Juan 15,26).
“Les enviaré el Espíritu Santo”. En mi cabeza no cabe que Jesús mande su Espíritu Santo a unos desconocidos. Es a los suyos, es decir, si somos sus discípulos nos concede su Espíritu, para que podamos gozar de su compañía perpetúa.
En éste mundo en donde existe tanta cosa, nosotros como discípulos de Jesús, tendremos que fijar nuestra mirada en él; en lo que él dice y hace, solo así lo haremos presente en el día de hoy.
¿Qué nos corresponde a nosotros como discípulos?
1. Dejar que el Espíritu Santo dado por Jesús, obre en nosotros.
Dejándolo actuar damos testimonio. Lo más cruel es saber que muchos creyeron recibirlo y de acuerdo a su manera; por eso, nuestra historia está marcada por acontecimientos de violencia y muerte en todas las índoles. ¿Cómo sabemos si es de verdad el Espíritu Santo? Existen variadas respuestas, para mi es claro que es el Espíritu Santo: “Dador de vida”. Y cuando yo preservo la vida, la promuevo… Allí estoy haciendo presente el Espíritu de Dios.
2. Dar testimonio, de lo vivido con Jesús.
Nosotros por estar junto al resucitado obligatoriamente, tendremos que comunicar esa experiencia a los demás, sobre todo a los necesitados.
3. Mantenernos firmes a pesar de las dificultades.
Nuestra experiencia en el resucitado nos alimenta, nos permite seguir en la vocación y aunque nos excluyan, nos persigan y nos maten, nosotros sabemos que estamos en el camino verdadero, el de Dios.
4. Recordar la Palabra Dios.
Ante tanta maldad del mundo, Jesús quiere que sus discípulos estén preparados. Estén vacunados contra las situaciones adversas, mediante la promesa de la victoria. Es su Palabra, la que nos conforta y orienta.
Oración.
Gracias Señor Jesucristo, por pensar en nosotros con amor y por enviarnos tu Espíritu Santo. Gracias Señor Jesucristo, por ser testimonio de vida y por regalarnos tu Palabra vivificadora… Gracias Señor Jesucristo, por prevenirnos ante el maligno y por abrirnos los ojos a la vida. Amén. Que tengan un maravilloso día.

No hay comentarios: