martes, 23 de noviembre de 2010

DIOS ES CAPAZ.
“Porque nada hay imposible para Dios” Lucas 1:37A veces se nos olvida la capacidad todopoderosa de Dios para actuar de maneras que nuestra mente ni se imagina y mucho menos sospecha.Cuando la duda viene a nuestra vida por medio de la enfermedad, por medio de la escases, por medio de los problemas familiares o laborales o por medio del desanimo, se nos olvida la capacidad enorme que tiene Dios para actuar.Y es que una de las cosas que no permitirán que las bendiciones de Dios se derramen sobre nuestra vida es la duda, puesto que la duda no es compatible para nada con la fe y confianza que Dios espera de nosotros hacia El.A veces segados por nuestra ignorancia de lo que Dios es capaz de hacer, creemos que lo que estamos experimentando es tan fuerte que no saldremos de eso, o que es tan difícil que pensamos que ya está todo perdido. Pero: ¡Que equivocados estamos!Mi Dios es Capaz de hacer todo lo que nuestra mente se rehúsa a creer, la Biblia dice que Él es el mismo ayer, ahora y siempre y si por los siglos de los siglos hemos visto su mano poderoso actuando en la necesidad de su pueblo, ESTA VEZ NO SERA LA EXCEPCION.Es hora de comenzar a creer, de comenzar a confiar, de entender que NUESTRO DIOS ES CAPAZ de hacer eso que nosotros creemos difícil o imposible, Dios es CAPAZ, que no se te olvide, El es CAPAZ.No sé qué enfermedad es la que te atemoriza, no sé qué situación económica sea la que estés pasando de la cual crees que no saldrás adelante, no importa que situaciones más difíciles hallan en tu familia, yo solo te puedo decir: DIOS ES CAPAZ DE HACER CUALQUIER COSA.Lo que para nosotros es perdido, para El puede ser convertido, lo que para nosotros es imposible, para El ya está hecho porque EL ES CAPAZ.Hoy te motivo a creer, a confiar, a depositar tu total confianza en El, teniendo la certeza completa de que EL ES CAPAZ y no te defraudara, pues cumplirá todo lo que bajo su voluntad perfecta esta aprobado para tu vida.¿Qué es eso de lo que tienes dudas que Dios no pueda hacer?, solo déjame decirte algo y que JAMAS se te olvide por el resto de tu vida: DIOS ES CAPAZ

domingo, 24 de octubre de 2010

LUCAS 18,9-14

Cuando miro a mi alrededor me doy cuenta que existen algunos esposos que se sienten seguros de su esposa y entonces, le alzan la voz, la maltratan... veo también algunos hermanos pentecostales que condenan y desprecian a los demás... veo mi país que compra armas, porque se quieren sentir más seguros... Todas estas son falsas seguridades, porque la verdadera seguridad no se compra con trabajo, cosas, ni comportamientos... La verdadera seguridad la regala Dios, por puro amor.
Yo puedo ser un fariseo y vanaglorierme que yo si me salvo, que si pago el diezmo, si ayuno, si cumplo la norma... Pero lo que la Palabra me pide es: sentirme frágil, débil, pecador en Dios amor. Me pide que sea humilde. Que mire mi interior y ponga la confianza en él, no en las cosas externas. Que mi oración sea desde el corazón, sin mucha palabrería... para que Dios se pueda enaltecer.

domingo, 19 de septiembre de 2010

LUCAS 16, 1-13

Hay a quienes escucho decir: "es que no tengo nada", "es que el tiempo pasa y pocos bienes tengo"... O se comparan con otros y dicen: los demás tienen familia, tales y cuales cosas y yo qué... Sin embargo, cada uno de nosotros es "administrador" de la propia vida y de lo que Dios le ha dado.
De pronto no son grandes empresas, pero son un granito de arena muy importante en la playa de la vida y el universo; de allí, que nosotros como católicos somos llamados a obrar con astucia y hacer que lo que Dios nos ha proporcionado, alcance bienes mayores para la vida eterna. ¿Cómo es esto? Pues si tengo una bicicleta... es colocarla en el horizonte de la construcción del Reino de Dios. Igualmente, debe pasar con nuestra vida.

domingo, 22 de agosto de 2010

LUCAS 13, 22-30

Jesús pasa cada día por nuestra vida y nos enseña. Nosotros en momentos, nos invaden las preguntas, las dudas... y quizás esperamos unas respuestas a nuestro acomodo, pero la Palabra de Jesús es radical: tenemos que esforzarnos, sacrificarnos...

Nada se nos da de valde por ser quien eres. Los méritos

viernes, 20 de agosto de 2010

EZEQUIEL 37, 1-14

ALGO ESENCIAL
En ciertas estaciones de nuestra vida estamos vacíos, secos... y sin vida plena. Nos solemos refugiar en situaciones de placer, tener y poder. Seguimos como autómatas bajo el ritmo de la sociedad y de lo que nos presenta la vida actual.
Pero mucho más allá de todo ello, existe algo de mayor profundidad: es la gracia del Espíritu Santo que nos mueve a obrar con alegría, creatividad... Que nos invita a darle tejido humano a la vida, movimiento fraterno... Que en últimas es para construir su reino en éste mundo necesitado.
Así pues, tenemos todos una misión soberana: Jamás rendirnos ante la pobredumbre, la resequedad, las adversidades... Nos encontramos en una lucha que va más allá de nuestros caprichos y contradicciones, es una lucha que implica mi vida y la de los demás, en su conjunto.
Adelante, lo podemos lograr con la ayuda del Espíritu Santo. Invoquémoslo y él nos orientará.
Que tenga un esplendoroso día. Un abrazo.

martes, 20 de julio de 2010

ORACION DE SANACION DE RECUERDOS

Como todos estamos enfermos por heridas en nuestro pasado, a continuación hacemos una oración de curación interior para que el Señor sane el corazón de los que reconozcan necesitarlo.
Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús. Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que él es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a). Tú lo(a) conoces por su nombre. Te lo(a) presento, Señor, para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso en su vida. Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su historia.
Tú conoces todo lo que él ha querido hacer y no ha hecho. Conoces también lo que hizo o le hicieron lastimándolo. Tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado. Conoces los traumas y complejos de su vida. Hoy, Padre, te pedimos que por el amor que le tienes a tu Hijo, Jesucristo, derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a) para que el calor de tu amor sanador, invada en lo más íntimo de su corazón.
Tú que Sanas los corazones destrozados y vendas las heridas sana a este hermano, Padre. Entra en ese corazón, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo. Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste:
"paz a vosotros". Entra en este corazón y dale tu paz. Llénalo de amor. Sabemos que el amor echa fuera el temor. Pasa por su vida y sana su corazón. Sabemos, Señor, que Tú lo haces siempre que te lo pedimos, y te lo estamos pidiendo con María, nuestra madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino. Cambia su corazón y dale un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dale un corazón nuevo. Haz brotar, Señor, en este hermano(a) los frutos de tu presencia.
Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor, la paz y la alegría. Haz que venga sobre él el Espíritu de las bienaventuranzas, para que él pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a su esposo(a), junto a su familia, junto a sus hermanos. Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en su vida.
Te damos gracias de todo corazón porque Tú nos sanas, porque tú nos liberas, porque Tú rompes las cadenas y nos das la libertad. Gracias, Señor, porque somos templos de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la Casa de Dios.
Te damos gracias, Señor, por la fe. Gracias por el amor que has puesto en nuestros corazones. iQué grande eres Señor! Bendito y alabado seas, Señor. (Emiliano Tardif)

domingo, 21 de febrero de 2010

MATEO 4, 1-11


El desierto de las tentaciones (Mt 4,1-11). La danza de lo ex-céntricoPara entender mejor el texto de las tentaciones y qué es lo que hay en él de qué ex-céntrico, necesitamos leer lo que le precede y lo que le sigue:
Su contexto inmediatamente anterior es el del bautismo de Jesús en el Jordán:
"Jesús, una vez bautizado, salió en seguida del agua. En esto se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. Se oyó una voz del cielo: -Este es mi Hijo, a quien yo quiero, mi predilecto." (Mt 3,16-17)Y el texto que sigue a las tentaciones es éste:
"Al enterarse de que habían detenido a Juan, Jesús se retiró a Galílea. Dejó Nazaret y se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombra de muerte, una luz les brilló. (Is 8, 23-9,1). Desde entonces empezó Jesús a proclamar: -Convertíos, que ya llega el reinado de Dios" (Mt 4,12-17)La escena del bautismo, Jesús escucha la voz del Padre. Se trata del principal momento teofánico de su vida, junto con la transfiguración. Mateo se sirve de ellos para proclamar que la identidad de Jesús consiste en ser el Hijo amado del Padre. Esa es su identidad y en ella se le revela que su "código genético" consiste en ser el Hijo, el amado, el predilecto del Padre, el objeto de su complacencia. Y podemos entender su marcha al desierto movido por el Espíritu, como una necesidad imperiosa de "procesar" en el silencio y en la soledad esa revelación, de hacer sitio en su interioridad al deslumbramiento y al asombro. El significado del desierto no es prioritariamente el penitencial. "La llevaré al desierto y le hablaré al corazón" había dicho Oseas (2,16), convirtiendo el desierto en un lugar privilegiado de encuentro personal y de escucha de la Palabra. Jesús es conducido a él para acoger la Palabra escuchada en su corazón en el momento de su bautismo. Hablando desde nuestra psicología, podríamos decir que necesitaba tiempo para asentar en los cimientos de su ser una Palabra que le des-centraba para siempre de sí mismo y le situaba a la sombra de la ternura incondicional de Alguien mayor.
Los evangelistas presentan su estancia en el desierto como un tiempo de lucidez, haciéndonos ver que la relación filial de la que Jesús ha tomado plena conciencia ha iluminado de tal manera su mirada, que le ya era imposible confundir a Dios con los falsos ídolos que le presenta el tentador: un dios en busca de un mago y no de un Hijo; un dios contaminado por las vacías pretensiones de lo peor de la condición humana: poseer, brillar, hacer ostentación de poder, ejercer dominio.
En la escena de las tentaciones vemos a Jesús reaccionando lo mismo que a lo largo de toda su vida: aferrado y adherido afectivamente a lo que va descubriendo como el querer de su Padre: la vida abundante de los que ha venido a buscar y salvar. No ha venido a preocuparse de su propio pan, sino de preparar una mesa en la que todos puedan sentarse a comer. No ha venido a que le lleven en volandas los ángeles, a acaparar fama y "hacerse un nombre", sino a dar a conocer el nombre del Padre y a llevar sobre sus hombros a los perdidos, como lleva un pastor a la oveja extraviada. No ha venido a poseer, a dominar o a ser el centro, sino a servir y dar la vida.
Lo que "salva" a Jesús de caer en los engaños del tentador es su ex-centricidad, su estar referido al Padre y a su Palabra, y desde ese Centro recibirá el impulso de abandonar del desierto, y se dejará llevar por la corriente de aproximación de Dios comenzada en la encarnación. A partir de ese momento, lo veremos caminando por Galilea, entrando en relación, anunciando el Reino, creando comunidad, buscando colaboradores, acercándose a la gente, contactando, entrando en casas, acogiendo, curando, enseñando:
"Jesús recorría Galilea entera, enseñando en aquellas sinagogas, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad del pueblo. Se hablaba de él en toda Siria: le traían enfermos con toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba. Lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania." (Mt 4, 23-25)Mateo, tan aficionado a presentar el cumplimiento de las promesas proféticas, parece estarnos recordando las palabras de Isaías anunciando la llegada de los tiempos mesiánicos: "el niño jugará en el agujero del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente" (Is 11,8). La enfermedad y de la posesión diabólica eran ámbitos de impureza, de oscuridad y de muerte pero Jesús se introduce en ellos con la misma "inconsciencia" y falta de miedo del niño de la profecía de Isaías.
Como si el arresto de Juan, en vez de atemorizarle o silenciarle, le hubiera dado motivación y energía para ponerse a anunciar el Reino. Mateo no nos hablará de su miedo ("se hizo igual a nosotros menos en el pecado...") hasta el huerto de Getsemaní (Mt 26,38).Invitados a la danza de lo ex-céntrico
Giro y vuelta, parece proponernos el evangelio de este domingo: dad un brinco fuera del espacio estrecho y asfixiante de lo que os atrae como el remolino de un sumidero, y sólo os permite girar en círculo, repitiendo siempre las mismas ideas, las mismas preocupaciones, las mismas imágenes sobre vosotros y sobre Dios.
Escapad de ese falso centro que os promete la posesión de las cosas, reíos de vuestra propensión a trepar a los "aleros del templo" para atraer desde allí admiración o buena opinión de la gente, porque casi nadie levanta la mirada hacia arriba y prefiere mirar los escaparates o la TV.
No os empeñéis en plantar la banderita de vuestro nombre en la cima de algún monte, ni os fatiguéis aparentando parecer lo que no sois. Dejad que Jesús, el "archegós", el iniciador de vuestra fe, os conduzca hacia el Dios a quien él conoció en el desierto: un Dios que no exige de vosotros proezas ni gestos espectaculares, sino solamente vuestra confianza y vuestro agradecimiento. Un Dios que os dirige su Palabra no para imponeros obligaciones o para denunciar vuestros pecados, sino para alimentaros y haceros crecer. Un Dios al que no encontraréis en los lugares de prepotencia o de la posesión, sino en los de la pobreza y la exclusión.Dejaos bautizar por el nombre nuevo que El ha soñado para vosotros desde toda la eternidad. Acoged con asombro agradecido que os diga: Tú eres mi hijo, te he llamado por tu nombre, tu eres mío. Tu vida no está programada desde el mercado, ni eres una fotocopia del consumidor ejemplar, no eres un "ciudadano NIF", ni un espectador, ni un súbdito del rey Euro. Eres alguien bendecido, eres mi hijo amado. No eres clónico de nadie, eres único y el Pastor te reconoce por tu nombre.
Y aprended también del Maestro a poneros en camino en dirección a los otros. Lo mismo que él, acortad distancias, tended manos, invertid en relaciones, haceos amigos, liberaos de cosas y enganchaos a personas, discurrid cómo incluir, incorporar y tejer redes y disfrutad al sentaros con otros en el banquete de la vida. Tomado de: