jueves, 23 de julio de 2009

MATEO 13,31-35


Jesús hablaba de acontecimientos grandes de una manera cercana y sencilla, porque hablaba de lo que estaba viviendo. Hoy por ejemplo nos habla del Reino de Dios y coloca dos figuras hermosas: Un hombre agricultor y una mujer ama de casa.

El hombre que toma una semilla, la siembra y al final tiene un árbol grande. La mujer que toma un poco de levadura, la introduce en la harina y al final tiene una masa fermentada. ¿Qué me dicen éstas figuras a mi realidad de hoy? ¿Qué misterio esencial me revelan? Pensemos.
Pienso en los campesinos que cultivan los valores de la fe, la sencillez, lo trasparente, lo justo… allí en medio del surco con sus amigos y familiares. Que nos dan a veces ejemplo de la confianza en Dios, de unidad interior…
Pienso en las madres de familia que se desvelan, que sufren, que son ejemplo de castidad, servicio y sacrificio… pienso en todas las cosas pequeñas, que tienen un valor inmenso: como por ejemplo compartir un deporte en unión con los sobrinos, hermanos y amigos… Pienso que Dios se vale de lo sencillo y común para construir su obra…
Pienso que todo tiene su tiempo, su espacio, su proceso y si está encaminado con el Reino de Dios tiene un final gratificante como el de las parábolas: Los pájaros anidan en las ramas de aquellos grandes árboles y la levadura crece… cada quien cumple sus objetivos de acuerdo a lo que se le ha dado…

Otras imágenes del Reino de Dios:
Un rancho improvisado donde se celebra la eucaristía y poco a poco con bazares, bingos, rifas y donaciones al final se construye un templo grande, donde muchos y muchas se refugian de los torrenciales de dolor, sufrimiento… y se llenan de confianza, protección y esperanza en Dios.
Un joven campesino que entra al seminario y poco a poco va estudiando hasta que se hace un sacerdote o un obispo o un cardenal, para el servicio de los más necesitados.
Una comunidad de discípulos poco ilustrados y miedosos, que guiados por el Espíritu Santo, se van organizando a lo largo de muchos años, hasta ubicarse como iglesia en los cinco continentes.
Oración.
Gracias Dios porque te has ocultado a los sabios y entendidos y te has revelado a los humildes, a los más sencillos. Gracias Señor porque nos muestras que lo insignificante es valioso, cuando lo miramos con ojos de fe. Gracias porque nos indicas que el crecimiento es poco a poco… Gracias Señor, porque te muestras cercano con los débiles… Gracias porque construyes tu Reino invisible siempre y nos invitas a construirlo acrecentando nuestra fe…
Que tenga un esplendoroso día, un abrazo.

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