viernes, 26 de junio de 2009

HECHOS 8, 26-40


A pesar de tantas distracciones que nos ofrece el mundo de hoy, Dios sigue llamando a sus hijos de diversas maneras.
1. El Llamado. Dios se vale de mensajeros para colocarnos en camino. (Aquí dice que un ángel).
2. Una misión. En ese llamado existe todo un proyecto de vida, con una dirección clara: “Ve hacía el sur…” en otras partes va a decir: “ve a la montaña…” con todo lo que implica “ir al sur” e “ir a la montaña”. Difícilmente se le encarga una misión a quien no la puede cumplir. Esa misión que es única y tanto usted como yo, tenemos todo lo necesario para llevarla a cabo.
3. Una respuesta: Quien se ubica en el camino y va respondiendo a la misión encomendada, va encontrando desafíos y oportunidades que le ayudan a perfeccionarla. “…pasó un etíope, en su carruaje…” Era un extranjero, un alto funcionario, con cierta disposición a la Palabra, a las celebraciones… pues había estado en el templo de Jerusalén. Como muchos de nuestro pueblo que fieles a las tradiciones, emprenden recorridos en busca de una celebración…
Muchas semillas del verbo, están regadas por todas partes: Ad Gentes 9. Muchas cosas buenas hay sembradas en el corazón y en la mente de los hombres… para confusión del demonio y felicidad del hombre.
4. Un diálogo. Dice el texto de Hechos, que Felipe está lleno del Espíritu Santo y busca el diálogo con el extranjero. Podemos ver varios valores claves:
Felipe se acerca al carruaje y permanece allí: Hay quienes van apresurados por la vida y precisamos alcanzarlos. Están en su mundo de comodidad, en sus rituales piadosos y demás. Precisan de un acompañamiento. Acercarnos a ellos y avanzar juntos de acuerdo a contexto de vida.
Felipe, escucha leer y pregunta. Felipe conoce y tiene una experiencia de fe en Dios y tiene la facilidad para hacerse entender y lo más importante: crea un ambiente de Apertura y de confianza con aquél extranjero. Este tenía cierto nivel de vida estable, con sus ritos… Sin embargo, se sentía necesitado. Quería clarificar sobre la Palabra de Dios y sobre su vida…
La confianza que se genera y la apertura, es la que hace posible el acompañamiento. “Subió al carruaje”. El proceso es acompañarle, no hacerle las cosas. La experiencia de Dios es personal. Al ritmo de cada cual, a veces tenemos que ir corriendo, para alcanzar a quienes van apresurados en sus negocios…en sus cosas… el método tiene que ser adecuado y así, poco apoco ir logrando la conversión desde el anuncio de Jesucristo a todos los buenos, como éste extranjero.
5. Un compromiso. Las condiciones se dieron y se logró el bautismo. Se creyó en Jesucristo como el hijo de Dios. Me llama la atención que se detuvieron, y se metieron en el agua. (Todo lo que implica). Una experiencia de gozo, de bendición… en el camino de evangelización. Luego, Felipe siguió evangelizando.
Un buen día… Un abrazo

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