miércoles, 3 de junio de 2009

MATEO 5 43-48


En ciertas ocasiones, cuando alguien me ha dicho que odia a su esposo o a su cuñada… Después de escucharle con atención le digo: “Rece y ore mucho por esa persona”. Ahora, que leo el evangelio (Mateo 5, 43-48) encuentro que Jesús lo dijo: “Recen por ellos”. Recen por sus perseguidores…

Entiendo que orar por nuestro enemigo, es una manera de enviarle bendiciones que de alguna forma le ayudarán. Luego tendremos, así, a alguien menos enemigo y también por nuestra parte habremos liberado el rencor.

Orar por alguien que nos ha ofendido es la forma más segura de empezar a sanar nuestras heridas interiores, dado que al orar por alguien, oramos también por nosotros.

Perdón y olvido.
Mucha gente se siente culpable porque no olvida. Y cree que eso está mal, y le es difícil evitarlo. Aquí surge una pregunta el perdón, ¿implica necesariamente el olvido? No. Porque la memoria es una facultad que obra independientemente de nuestra voluntad. La prueba está en que muchas veces nos proponemos olvidar situaciones desagradables vividas, y no podemos. Y otras veces queremos recordar cosas y tampoco lo logramos.

Por lo tanto, cuando una persona resulta ofendida, si tiene buena memoria y si la ofensa fue muy grande, posiblemente la recordará toda su vida, y no tiene la culpa, es algo muy natural. Por eso, el perdón no supone necesariamente el olvido. Uno puede perdonar, y seguir recordando la ofensa.

Lo que se debe evitar es traer a la memoria constantemente, y por propia voluntad, los recuerdos desagradables y las injurias sufridas, para mantenerlas vivas. Esa sería una manera enfermiza y una forma de mantener un círculo vicioso que poco hace bien.

1. “Háganles el bien”. Si alguna vez están en dificultades y necesitan de nosotros. Es lo que dice san Pablo: “Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber”. Y agrega citando al libro de los Proverbios: “Haciendo esto amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza” (Rom 12, 20).

Ejemplos existen muchos: el médico, que le tocó intervenir quirúrgicamente y salvarle la vida a quien atropello y mato a su hijo, la mujer que crío al niñito de la amante de su esposo…

2. “Bendíganlos”. Y bendecir significa “decir bien”, “hablar bien” de alguien… No se trata, ciertamente, de mentir virtudes ajenas, ni de decir que alguien es bueno cuando en realidad es un pícaro, ni de alabarlo cuando no se lo merece. Bendecir significa poder hablar bien de alguien que se lo merece y es justo hacerlo, aún cuando tenemos algo contra él o nos resulta antipático.

Así llegamos a ser: Hijos de Dios y semejantes a nuestro Padre que es perfecto
En ¿qué sentido? En que Dios hace salir el sol y hace llover sobre malos y buenos. Así mismo nosotros ofrecemos perdón a los enemigos y les servimos.
Somos hijos de Dios siempre que generamos vida, hacemos el bien a los demás...
Que tenga un esplendoroso día. Un abrazo.

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