martes, 18 de agosto de 2009

MATEO 20, 1-16


Tres palabras para contemplar, y que tienen mucho de nosotros.

El propietario. Es un Señor bueno, que tiene bastante empleo para todos, que invita personalmente a trabajar en su viña, es justo…

La viña. Es imagen del Reino de Dios. La viña de nuestro tiempo es la familia, la ciudad, el mundo de los comerciantes, de los políticos, de los transportadores, del colegio, la universidad… Porque necesitamos que todos esos campos sean evangelizados…

Los Jornaleros. Son voluntarios (desocupados), que responden al llamado y trabajan a diferentes horas. Esperan un salario bien remunerado, algunos murmuran, otros son desagradecidos… Los hay por montones…

¿Qué aplicaciones saco del texto?

Dios piensa distinto de nosotros.
Dios en su inmenso amor nos llama a una misión particular. Nos convoca como hijos o empleados (el puesto cada quien se lo coloca), para desgastarnos en la labor de la viña. Podemos trabajar mucho, someternos al sol de medio día y terminar la tarea entrada la media noche o de madrugada y acabar cansados. Y podemos esperar la mejor nota, el mejor salario, la mejor recompensa, o el reconocimiento oportuno. Sin embargo, la remuneración justa solo la coloca Dios. El sabe, él hace las cosas bien... Nos podemos preguntar ¿Por qué me pasa esto Dios mío? Recuerde: Dios no se equivoca, hace las cosas bien. Y si en éste momento está con aquella realidad, es por algo. En otra parte de la escritura dice: “Dios quiere lo mejor para el bien de quienes lo aman”. Acerquemos a él con confianza… porque es generoso, nos recibe por igual… o cuando sea necesario (en su tiempo) nos llamará al descanso...

Nunca es tarde para servir al Señor.
Cada uno de nosotros es convocado a diferente hora y posee algo que aportar a la labor de la viña... De pronto la alegría, los chistes, la facilidad para hacer amigos, la responsabilidad, los estudios… En misiones lo vemos palpable, todos sirven de de alguna manera. No interesa la edad. Hay quienes Dios los llamó desde niños, a otros ya jóvenes o adultos y a otros ya ancianos. Todos somos importantes para la construcción del Reino. Dios siempre está llamando y nos muestra su justicia, ésta en nosotros que desde nuestra libertad lo descubramos y nos convertirnos a su amor...
Vale la pena preguntarnos: ¿De qué manera estoy respondiendo a su llamado? ¿Qué cualidades coloco al servicio del Reino? ¿Para qué viña estamos trabajando? ¿Quién es realmente nuestro Patrón?...

Oración
Papito Dios, gracias porque nos convocas personalmente y a diferentes horas, para construir tu Reino. Gracias porque para ti, todos somos muy importantes, Gracias porque nos expresas tu justicia, tu amor y nos muestras que las situaciones son distintas con tu Santo Espíritu. Gracias porque nos permites vivir en fraternidad como hermanos en tu viña. Ayúdanos a sembrar desde nuestro presente, en tu viña celestial…
Un abrazo de oso.

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