jueves, 13 de agosto de 2009

LUCAS 24, 1-8


Lo que tengo que decirles lo han oído muchas veces, por eso; pido que tomen en serio lo que les voy a decirles...

Con lo que voy a decirle, su vida será nueva, empezarán a vivir de una forma distinta, la rutina diaria tendrá una profundidad desconocida, las celebraciones religiosas les traspasarán el alma, la alegría que nadie puede quitar será su huésped, incluso la muerte será una puerta llena de posibilidades, la vida será una ruta acompañada por la esperanza, la misma enfermedad tendrá sentido…

También es necesario que el Señor esté con ustedes... Para ello, les pido que levantemos el corazón hacía Jesucristo... y demos gracias al Señor… En un momento de silencio.

Hermanos, esto es lo que hoy tengo que decirles: Jesús de Nazaret, el hijo de José y de María, el muerto injustamente y sepultado, ¡¡Ha resucitado y vive para siempre!!! La muerte ha sido vencida: el muro impenetrable, la oscuridad existencial, el mal constante que nos envuelve, la queja permanente... no son verdad del todo.
Alguien ha roto el misterio, ha trocado la noche en aurora luminosa, ha iniciado una nueva creación. Óiganlo todos: ¡Cristo ha resucitado!
Ustedes jóvenes, que les asusta la dureza de la vida: Cristo resucitado fortalece su rebeldía contra la injusticia.

Ustedes padres y madres de familia, Cristo vivo resplandeciente en el amor fiel que se tienen, iluminándolos y sosteniéndoles en la entrega generosa a sus hijos.
Solteros y solteras, Cristo resucitado los hace fecundos, pone en sus manos otro modo de crear vida, construye otra familia no según la carne y la sangre, sino en el Espíritu de hijos y hermanos.
Adultos mayores, Cristo resucitado vive con ustedes, no permite que se reseque su alma, con Él hasta el final llegarán llenos de vida.

Ustedes, enfermos, Cristo vivo está con ustedes en la cruz de su dolor, con ustedes se pone en las manos del Padre, con ustedes cruza la frontera de la vida sin fin.
A todos los necesitados, Cristo resucitado, está animando su lucha por salir de la miseria, por lograr que les respeten y los escuchen; Él está dentro de ustedes y se identifica con todos.
Ustedes, quienes luchan por la justicia, la libertad, el amor, y la dignidad de todo ser humano, sepan que Cristo resucitado los está sosteniendo, les patrocina la tarea, les asegura que resucitarán y su vida será todo un éxito.
Hermanos: Cristo, el amigo de los niños, el que perdona a la adúltera, el cercano a los enfermos, el que se sienta con los pecadores, el que quiere a las prostitutas, el que acepta a todo ser humano... resucitado, sigue haciendo lo mismo. Acercarse a su presencia; creamos en él, enciendan las velas en su vida resucitada. Vengan y vean, experimenten una vida nueva... Un abrazo y que tenga un día esplendoroso.

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