martes, 11 de agosto de 2009

LUCAS 8,16-18

"Es noche cerrada y la calma reina sobre la oscura bahía; una barca suelta amarras, se desliza lentamente y va dejando una estela luminosa tras de sí. Cuando el barquero agita los remos, de la superficie saltan chispas azules y verdes. Comienza a llover y cada gota enciende nuevas y minúsculas luces sobre la lámina de agua, que a los pocos segundos resplandece iluminando la escena con miles de brillos refulgentes... "

Estos "efectos especiales" se producen de manera natural en algunos, escasos, puntos del planeta, como en la Bahía de Puerto Mosquito, en Puerto Rico, convertida en atracción para curiosos y en objeto de estudio para científicos.

1. Emitir luz. Tan grandioso espectáculo es posible gracias a la propiedad de emitir luz que poseen ciertos microorganismos que pueblan sus aguas. La propiedad es conocida en el reino animal como bioluminiscencia y, en este caso concreto, los productores de la misma son algunos protozoos que reaccionan de esa manera, "encendiéndose", al ser mínimamente agitados.
¿Por qué hago alusión a estos microorganismos? Porque nosotros al igual que ellos tenemos la misión de ser luz.
El Papa Juan Pablo II en una alocución a los jóvenes expresó:
«En el contexto actual de secularización, en el que muchos de nuestros contemporáneos piensan y viven como si Dios no existiera, o son atraídos por formas de religiosidad irracionales, es necesario… ¡Que el Evangelio sea el criterio que guíe las decisiones y el rumbo de nuestra vida! De este modo se harán misioneros con los gestos y las palabras y, dondequiera que trabajen y vivan, serán signos del amor de Dios, testigos creíbles de la presencia amorosa de Cristo. No lo olviden: ¡“No se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín!”(Mt 5, 15)».
En otras palabras está diciendo, que existen múltiples formas de vivir en esta sociedad hedonista, consumista, secularista… pero nosotros debemos tener como criterio el evangelio para iluminar nuestras realidades.

2. Para emitir luz. ¿Qué condiciones son necesarias?
Siguiendo con los microorganismos. El hábitat especial y cálido que conforma la Bahía, protegido de corrientes y mareas, libre de contaminación y de predadores y con gran cantidad de nutrientes, permite a estos organismos formar altas concentraciones y hacerse así claramente visibles en la oscuridad y ante cualquier movimiento de las aguas.
- Yo creo que el existen ciertas condiciones para nosotros ser luz en el mar de oscuridades de la sociedad. Aunque sean condiciones de momentos. Ejemplos: la oración, el silencio, la fraternidad… son medios… luego, la posibilidad de compartir esa luz…
Es algo curioso, los judíos tenían la lámpara como un objeto ritual que está prohibido apagarla, por eso se habla de esconderla debajo de la mesa y de mostrarla…

3. Otros también son transmisores de luz.
Siguiendo con los microorganismos. El fenómeno de emitir luz no es propiedad exclusiva de los organismos unicelulares, sino que se da en otros muchos seres vivientes: bacterias, algas, hongos, insectos, peces, medusas, cangrejos, corales, moluscos e incluso algunos tiburones. Aunque los ecosistemas marinos, donde la luz escasea y les permite brillar en todo su esplendor, son la residencia preferida de estas criaturas, también se encuentran seres capaces de emitir luz en otros hábitats. Es el caso de las familiares luciérnagas, algunas lombrices, algunas moscas, algunos ciempiés, algunos tipos de caracol, ciertos hongos…

- Para nosotros no es ajena la situación que cada día surgen nuevos movimientos y centros que buscan ganar adeptos y se muestran como una alternativa de luz para los enfermos, los viciosos, los tibios de nuestra iglesia católica… Lo feo es que muchas veces desacreditan a la Iglesia Católica y demás… ¿Qué consejos damos a los demás? ¿Qué experiencia de Dios mostramos?...
- ¿Cuál será su finalidad? Atraer los insectos y alimentarse de ellos, reproducirse o multiplicarse y de esa forma se pueden defender mejor de sus posibles enemigos…
/Para atraer a sus presas y obtener así su alimento, algunos peces y algunos insectos utilizan su capacidad bioluminiscente como señuelo, mientras otros la usan como linternas que iluminan a su víctima potencial y al deslumbrarla anulan sus defensas. También para escapar de los depredadores la propia luz resulta de suma utilidad para ciertos peces, calamares y camarones, al usarla como trampa para confundir al atacante en horas diurnas, camuflándose con el brillo solar y difuminando así su propia sombra.

4. ¿Qué podemos sacar de todo esto?
Observando la cantidad de luz emitida por bacterias luminiscentes es posible determinar el grado de contaminación de las aguas, ya que la propia contaminación destruye a esas bacterias que emiten luz. A partir de ahí, se puede calcular también el peligro de los contaminantes para otros seres vivos que habiten en dichas aguas.
En el campo de la medicina también se ha desarrollado ensayos con marcadores de bioluminiscente para detectar infecciones, drogas, virus etc., en lugar de los marcadores radiactivos que se venían utilizando hasta ahora, mucho menos inofensivos.
Que debemos andar en luz, es decir, debemos ser totalmente íntegros, transparentes y honestos, porque todo lo que hacemos, decimos o pensamos saldrá a la luz. Que debemos escuchar muy bien lo que el Espíritu Santo nos comunica, para transmitirlo a los demás...
Así de la mano de este fenómeno natural que va mucho más allá de la contemplación turística de una hermosa bahía sembrada de luz, pasamos a la realidad diaria de que cada día precisamos colocar la luz en la mesa, para que alumbre a quien lo necesite.
Dios te bendiga, un abrazo.

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