viernes, 15 de mayo de 2009

MATEO 25, 14-30

Lo que voy a decir a continuación me gustaría que sonara novedoso, porque es algo extraordinario; y es que cada uno de nosotros ha sido llamado a la “existencia” y dar vida en éste mundo. ¿Cómo?
Unas invitaciones:
1. Saquemos adelante el talento que nos dieron, porque aunque nos parezca que es insignificante es igualmente valioso, para la construcción de la vida.
2. Seamos productivos en donde Dios nos ha colocado y dejémonos ayudar de quienes van más avanzados en el desarrollo de sus talentos.
3. Busquemos hoy la manera de aumentar nuestra creatividad en los talentos que tenemos.
4. Evitemos echarle la culpa a los demás y tomemos nuestra vida con mayor responsabilidad.
5. Hay mucho talento desenfocado, agua que se pierde por muchos rotos. Empecemos a canalizar toda esa energía.
6. El talento solo no basta, es importante colocarle el espíritu y el corazón.
7. El pecado es guardarse para sí lo recibido. La diligencia es recompensada; la negligencia es castigada. (Mateo 25, 19-30).
Todo lo anterior encierra una realidad: Si cultivo el talento tarde o temprano voy a recoger frutos y si lo sepultó en mi tierra estéril, tendré poco para ofrecer.
Cuando nosotros descubrimos nuestros talentos y los colocamos al servicio de los demás. Entonces, le encontramos un sentido más a la vida y hacemos que otros también hagan lo mismo, al tiempo que descubrimos para qué nos puso Dios en este mundo…
Que Dios bendiga todos nuestros talentos y nos conceda mucha sabiduría para saber más y tener más, para entregarlo al servicio de nuestros hermanos necesitados.

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