martes, 19 de mayo de 2009

MATEO 13,31-32


Para ser buenos sembradores precisamos responder y aplicar tres interrogantes:
1. ¿Qué es semilla? ¿Qué?
Hay momentos en los que salimos ilusionados con la tarea encomendada, alegres a anunciar lo que hemos descubierto… Y muchas veces nos decepcionamos, nos desanimamos...No todo es semilla. Porque no todo es “de Dios para alguien”. Porque mucho de lo que plantamos tiene más de nosotros que de Dios. A nosotros nos gusta hablar, catequizar, ponernos como ejemplo, hablar sobre nosotros, aconsejar a los demás, arreglar y opinar sobre las vidas… y no todo es semilla.
2. ¿Cuándo sembrar? (Fecha) ¿Cuándo?
No siempre es el momento propicio. No todo el mundo tiene los mismos tiempos. Unos dan pasos pequeños y otros largos. Hay quienes han decidido pararse. Generalmente, las personas se bloquean, otras veces se entusiasman demasiado. No es lo mismo “en caliente” que “en frío”. Un guerrero debe saber abandonar la batalla a tiempo. Eso le permitirá no combatir en vano y regresar en el instante oportuno…
3. ¿Dónde sembrar? (Lugar). ¿Dónde?
No todos los lugares están preparados. ¡Cuánto nos preocupamos de sembrar y qué poco en preparar antes los terrenos! ¡Cuántas veces queremos hablar de Dios y de compromiso sin ni siquiera valorar si el receptor es capaz de “sintonizar” nuestra emisora! A veces tenemos tanta prisa… Preparemos los terrenos, preparémonos nosotros. Así será más fácil que las pequeñas semillas germinen…


Dios les bendice mucho... Que tengan un día esplendoroso...

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