miércoles, 20 de mayo de 2009

JUAN 16,12-15

Quien vive en el Espíritu, ve las cosas y las situaciones de otra forma. Un día estaban buscando oro… y había un indígena que sabía a dónde estaba… Entonces, cuando se fueron los exploradores; le preguntaron y si sabía porque no dijo. El respondió, “porque si Dios lo escondió, por algo será”.
Quien vive en el Espíritu, ve diferente porque mira desde la fe. Vamos caminando y de pronto ésta persona se detiene y se queda admirado... para otros es el mismo árbol que ve todos los días… el mismo horizonte… Sin embargo, ésta persona, allí en la quietud y en el sol soberano… ve algo distinto.
En cierta ocasión, un niñito indígena que acompañaba al Padre misionero en sus correrías dijo: si vio Padre, “la piedra pario”… y claro, era que había una piedra grande y otras más pequeñas al borde del camino… Para el indígena la piedra tiene vida, al igual que lo demás: la tierra, el aire…
Éste sentido de fe o sentido teologal, se relaciona con la vida. Cuando Dios se revela la vida nos une. El Espíritu Santo, es quien hace ésta obra maravillosa.

En el evangelio de hoy, Jesús enseña a sus discípulos que todo tiene su momento, que el Espíritu Santo es el que guía y revela el misterio. Veamos:

1. La incapacidad de los discípulos para vivirlo todo de una vez. (Juan 16,12).
Como seres humanos queremos hacer muchas cosas a la vez y la realidad nos dice que aunque queramos, necesitamos realizar un proceso… Primero los huecos, luego las bases, las columnas, la pegada de los ladrillos, el techo, las puertas… y listo, construido el edificio. Después, lo más importante: El calor de hogar, de familia, el mantenimiento del edificio de nuestra vida…
Jesús dice en el evangelio: “tengo muchas cosas para decirles, pero por ahora es demasiado para ustedes”. Jesús sabía que iba a padecer y los discípulos no entendían, porque aún el Espíritu Santo no estaba con ellos.

2. El Espíritu Santo es Pedagogo.
Jesús nos concede el Espíritu Santo, que nos guía como discípulos. Estaba reflexionando sobre las matitas de las jardineras que están en nuestra casa, en relación con otras que están junto a nuestra universidad. ¿Cuál es la diferencia? Que las de allá están abandonadas… y las de aquí cuidadas. Eric From, nos dijo alguna vez: una característica del amor es el cuidado. Y ahora, mirando que Jesús nos envío su Espíritu Santo como guía, se ve que ha tenido un cuidado “súper” con nosotros.

3. El Espíritu Santo en relación al misterio.
El Espíritu Santo, es enviado a revelar lo acontecido con el Padre y con el Hijo. Si nosotros somos enviados por Jesucristo, tenemos que comunicar a los demás nuestra experiencia de encuentro y lo mismo le queda a quienes comparten con nosotros ésta experiencia de fe. Si nosotros vamos en nombre de Jesucristo es a dar vida… Nos quedaría mal que vayamos en nombre de Dios y hablemos mal de él o que vayamos en nombre de la Iglesia católica y hablemos mal de nuestra madre.
Si Jesús envía al Espíritu Santo, llegará un momento en que recibirá lo que hizo. Así mismo nosotros si Jesucristo nos envía; no se va a desatender por ahí y chao, chao… Al contrario, nos esperará de vuelta…

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