miércoles, 21 de octubre de 2009

LUCAS 12,39-48


Me impresionó mucho, una vez estábamos jugando con una mascota y cuando de pronto salió a toda prisa ladrando, lo seguí y era una persona extraña que había entrado sin permiso por el patio de la casa. Después me preguntaba ¿Cómo lo hizo, si estábamos lejos? ¿Cómo se dio cuenta, de ésta persona extraña, si habían varias paredes de por medio?...
Después descubrí, que por su olfato los perros pueden percibir ciertas bacterias que viajan por el aire y que nosotros los humanos nos queda difícil hacerlo.
¿Por qué comento este hecho? Sobre todo por dos cosas: Porque a unos más que a otros, se les facilita la actitud de la vigilancia. Los perros no hablan, pero han desarrollado un oído y un olfato prodigiosos… y segundo porque, la actitud de vigilancia implica para nosotros valores importantes como: el silencio, la escucha atenta, la vista… Y nosotros como católicos, somos invitados más que a otros a descubrir las manifestaciones del Señor Jesucristo y a acrecentar toda nuestra vida en torno a los valores de Reino de Dios; solo así hacemos frente a esta cruda realidad.
Les comento otro hecho de vida. Cuando vamos al centro de la ciudad, entonces vamos pendientes de quienes pasan junto a nosotros; nos fijamos quienes tienen cara de habitantes de la calle… evitamos responder a una pregunta de un desconocido, miramos de reojo si nos vienen siguiendo o si existe algún sospechoso por ahí… Esta misma actitud la debemos ejercitar, de igual manera, para descubrir a Dios en la ciudad. Con sus signos y palabras, porque a ratos hasta dudamos que esté ahí. Y lo más lógico, es que peregrina y acompaña a muchos (as)…
Otra situación muy lógica es, que si percibimos verdaderamente la acción del Señor misericordioso en nuestra vida, cambiamos totalmente para bien de nuestros hermanos, tanto en el hogar como en el trabajo… Así, lo puede manifestar el texto cuando dice que el dueño de casa puede estar alerta al ladrón o cuando el administrador fiel, hace lo correcto en su oficio como cuidador responsable.
En nuestro hogar: Impediremos la intervención del enemigo, porque estaremos atentos a escuchar, a distinguir y a reconocer más a Jesucristo que llega… Y en el trabajo: pues, lo demostraremos con nuestros buenos tratos y buenos comportamientos para con los demás.
Que tenga un día esplendoroso.

No hay comentarios: